Especial

Las tejedoras de San Marcos; defensoras el medio ambiente

Va más de un año de iniciar una feroz lucha por defender de la contaminación al Río Calabacillas, el cual se forma de los escurrideros y encontráis de la Sierra de San Miguelito y que más adelante desemboca en el río Paisanos.

Las principales protagonistas de esta defensa por la dignidad de los pueblos descendientes de las primeras congregaciones humanas y  del medio ambiente, son un grupo de mujeres que han pasado todos los días del último año vigilando el cauce del Río Calabacillas.

Desde temprano acuden a su puesto de avanzada, el cual se encuentra a unos cuantos metros del cauce y a la vez del fraccionamiento, no les importa ser acosadas por el ejercicio del poder. Han enfrentado personas armadas, pandilleros, policías estatales, policías de investigación y la persecución judicial de la FGE. Han sido ignoradas por autoridades municipales, ambientales del ámbito Estatal y Federal, inclusive por la propia CEDH. Sin embargo, se mantienen estoicas en su defensa de su río.

Hijas del río Calabacillas, al cual recuerdan como desde  su niñez les brindaba alegría cuando este se llenaba de agua, pues en su paso por las comunidades y antes de desembocar en el Paisanos, recarga  pozos y norias que garantizarán la supervivencia de personas y ganado en temporadas de sequía.

Pero desde hace un año el río está contaminado, las inmobiliarias que construyen a sus alrededores, permiten la descarga y filtración de aguas negras ante la pasividad e inclusive complicidad de las autoridades. Contaminación que recorre no solo la comunidad, sino hasta la ciudad de San Luis Potosí donde algunas personas se recrean ignorando el peligro.

Mientras campañas de concientización y limpieza se realizan en el Río Paisanos para recuperar el único río urbano que no ha sido pavimentado, río arriba fraccionamientos como Fuerte Ventura y Forja Real, lo contaminan con aguas sucias de acuerdo a diversas evidencias que han sido recabadas en imagen.

Las mujeres, que sostienen y lideran esta lucha, no descansan, se mantienen vigilantes entre punto y cruz, algunas bordando servilleteros, otras tejiendo canastas. Algunas habían aprendidos de sus padres, otras fueron enseñadas por compañeras,  inclusive nuevas generaciones se han sumado a aprender este olvidado arte. Más allá del trabajo de bordar como objeto material, sus obras representan su lucha y  la bandera como principal  bastión de una comunidad de la periferia que resiste a ser atropellada  por un falso progreso que busca destruir los pocos recursos naturales que aún quedan en el valle.

Ellas son las tejedoras del Río Calabacillas, que con sus manos replican la belleza de la naturaleza mientras resisten en su defensa.

Parte de los  trabajos serán puestos a la venta en una exposición  que se realizará en la plaza frente al  Palacio Municipal de Mexquitic de Carmona,  a partir de las 9 de la mañana. Con la compra de artículos de la comunidad se apoya a la causa

Por Pukkov Garrigos

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