
Se cuenta que años atrás, antes de que estuviese terminado el templo de San Francisco, vivió Doña Mirta en lo que ahora es la Secretaria de Cultura, viuda de Don Gaspar Suarez de Barbosa, quien al perder a su esposo, se aferra a lo único que le queda de él, su hijo. Se dice que cuando muere Don Gaspar, Mirta estaba embarazada, pero se ve muy delicada durante el embarazo. Ella junto con la hermana de su difunto esposo, tratan por todos los medios de que el embarazo vaya lo mejor posible, pero desgraciadamente el niño muere.
Devastadas por la pérdida del bebé, no se resignan y ambas deciden hacer algo para conservar al infante con ellas. Así que contratan a la mejor persona con conocimientos de brujería para que les ayude a preservar al niño intacto, para que la descomposición no haga efectos en su cuerpo. En sumo secreto lo llevan con ella, quien les hace un trabajo perfecto y es así como ambas consiguen quedarse con el niño durante años.

Al descubrir Fray Luis el secreto de Doña Mirta y las causas que la orillaron a hacerlo, le tuvo compasión y entendió el amor de madre que le prodigaba a su pequeño hijo. Pero sabía que no le hacía bien el mantenerlo con ella, así que la convenció de darle al pequeño santa sepultura, a lo cual Doña Mirta accede siempre y cuando sea en un lugar cercano donde ella pueda ir a verlo todos los días, es así como Fray Luis lo entierra en donde ahora es la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, en la cual se colocó una urna para conservar la imagen del Santo Entierro, donada por Doña Mirta en memoria de su difunto hijo.
Este callejón nos podría contar un sinfín de historias, como el caso de los dibujos que se encuentran entre las piedras de uno de los muros del templo, dibujos que no guardan otro misterio más que el hecho de que fueron realizados por los mismos albañiles al encontrarse aburridos. Pero es parte de la magia de un lugar, después de todo es así como se van creando las leyendas o nombres de un lugar. Es la misma gente quien los vuelve algo simbólico, lugares que enmarcan tradición e historia de nuestra ciudad.
Por Arassi Torres