OPINIÓN

La soga al cuello: El capataz de la hacienda

Julito Maraña de mala maña tira su hazaña, 80 truco y mil artimaña

Se fuma un fili con un trago de caña y con el magnum, a cualquiera el día le empaña

A los bichotes araña como piraña, chamaquito que se junte con Julito se daña…

Julio Voltio

 

 

El gobernador del estado encabezó el desfile conmemorativo del aniversario de la revolución mexicana, vestido de caporal, montado en caballo de hacienda, con altivez y gallardía. Su esposa Ruth, a la usanza de las escaramuzas charras, disciplina desarrollada en México por mujeres indígenas que desde el siglo XVII comenzaron la práctica de un deporte que se practica con tenacidad y destreza. Todo era felicidad, no hubo protestas que ensombrecieran el festejo, como antaño que los molestos inconformes de siempre, buscaban lucirse en ocasiones especiales.

 

Previo al festejo, las redes sociales se inundaron de alabanzas y mensajes de satisfacción para le jefe del ejecutivo con motivo de sus cumpleaños. Se le juntaron las rodillas de puro gusto al jefe del ejecutivo. Sabemos que es un fanático de lo que se dice de él y atesora cada “like” como si fuera un minuto más de vida. Sus transmisiones en streaming, muy exitosas y la gente comenta y coloca emojis de perrito feliz.

 

La verdad es que en esta simulación que llamamos realidad, los ciudadanos, algunos, muy pocos, participan de toda esa parafernalia, la mayoría está preocupada por sus propios festejos, sus apuros económicos, los sueños rotos y las promesas incumplidas por una pandemia que nos arroja por un resumidero los planes y las breves e ilusas expectativas. La tragedia diaria de intentar sobrevivir.

 

El gobierno, sobre todo el estatal atiende la problemática con una táctica electores ea que planea constituir y consolidad la base social con que se cuenta ampliando la cobertura de nimios apoyos económicos para la gente precarizada. Recientemente el gobernador del estado anunció un mega proyecto de alimentación para personas en situación de vulnerabilidad. Tres mil millones de pesos por año serán destinados a comprar despensas y proveer de tortillas baratas y agua purificada gratuita a potosinos y potosinas que sobreviven en condiciones de extrema pobreza.

 

Tal vez sea grosero decirlo pero, aunque sabemos que hay miles de pobres en San Luis Potosí, no existe un padrón real, certificado por instituciones de carácter público o por todos los partidos políticos,o asociaciones civiles independientes e imparciales. La distribución de los beneficios se harán posiblemente con la lista de los operadores políticos del partido verde y sus nuevos ciudadanos utilitarios.

 

La forma anárquica y arbitraria con que se va hacer el reparto de dádivas es un enigma, hasta el momento, en los eventos públicos donde se entregan despensas de forma simbólica, se realiza sin ningún control ni orden alguno, solo para la foto la anciana, la madre embarazada con todo y bendiciones por un lado.

 

¿Porque el gobernador necesitan realizar mitines políticos para repartir comida?

 

¿Es tal su necesidad de aprecio que necesita del aplauso fácil y conveniado o pretende mantener viva la llama del amor por tres años a base de latas de atún y cereal barato?

 

¿Es un narcisista maligno o un niño caprichudo con déficit de atención?

 

Como sea, hasta los empresarios potosinos que por lo general critican el dispendio gubernamental en este tipo de políticas públicas que solo alientan la modorra de un pueblo holgazán y conformista, aplaudieron las medidas, pues claro, les interesa proteger sus intereses y no quieren alterar el somnoliento estado de ánimo del imberbe porque lo consideran impredecible y fugaz.

 

No existe gran diferencia entre un beneficiario de algún programa social y los potentados de San Luis Potosí, ya sea doña Petra Campos de la colonia “el aguaje” o el ex senador Teofilo Torres y su camarilla de cuates, todos se inclinan ante el joven gobernador. A pesar de su morenitud, le dispensan alegóricas hipérboles o lánguidas porras. ¡Pollo yo te apoyo! Parecen gritar al unísono empresarios y amas de casa, unidos por un solo objetivo, conservar sus privilegios.

 

Mientras tanto la marcha del estado no se detiene, Ricardo Gallardo ya se dio cuenta que no era tan sencillo, una cosa es pensar y otra actuar. En su primera cita con la señorita Nina, la comisión negociadora se topó con una inmensa mole de pachorra y experiencia en negociaciones sindicales. “Se armó la gorda” cuando llegaron a los temas escabrosos, las bases sindicales otorgadas por la anterior administración al sindicato y los despidos injustificados de personal que ya estaban en vías de pelear su estadía permanente.

 

Y eso que no han llegado a las condiciones generales de trabajo. La líder del sindicato único de trabajadores al servicio del gobierno del estado (SUTSGE) ya se la sabe, por eso mantiene su plantón y su base activa. Total que el gobernador andaba muy bravo y hasta parecía que por fin nos íbamos a deshacer de la voluminosa carga burocrática y resultó que no, el secretario de gobierno anunció que ya andan consiguiendo un crédito quirografario de mil cuatrocientos millones nada más para pagar los aguinaldos. Vale verde la vida.

 

Ya no sabemos si el gobernador va en caballo de Hacienda o montado en puerca pinta. Por muy que se sienta Pedro Infame montado en su jamelgo genéticamente diseñado en esos laboratorios que tanto presume, no todo en la vida de un gobernante es compartir un “play list” de corridos de narcos mientras obliga a su chofer a confirmar sus dichos para después compartirlo en una penosa transmisión por Facebook live.

 

No es lo mismo platicar con su chofer de ocurrencias y las vicisitudes del día que dedicarle quince minutos diarios a un economista, un abogado, tres administradores públicos y su responsable de deuda pública antes de anunciar que le va meter más dinero del presupuesto a la hambruna que al sistema de salud. Y eso que hasta donde nos quedamos, el gobernador prometió que para el final de su sexenio tendría listos y funcionando cinco hospitales, totalmente equipados y con su plantilla laboral al cien por ciento. Pero hospitales chidos, no como esa porquería que dejaron donde alguna vez estuvo el glorioso hospital central “Ignacio Morones Prieto”. Faltaba más.

 

Dicen que prometer no empobrece, ahora bien, no hay nada peor que la decepción colectiva, cuando se derrumban las expectativas. El gobernador Ricardo Gallardo Cardona llegó al poder a fuerza de prometer y repetir hasta el cansancio que sabía qué hacer cuando llegase al poder, la gente que votó por él no quiere entender, no quiere saber, votan por alguien porque asumen que cambiará su realidad por arte de magia, los dos se engañan, votante y votado. Pero solo uno sale ganando, el otro nomas se jode, se encoge de hombros y vuelve a su miseria.

 

Vamos, si la gente que obsequió generosamente o que vendió su voto en la pasada contienda electoral se pusieran a leer sabrían que no pueden desperdiciar su boleta en alguien tan limitado, el personaje se siente orgulloso cuando presume que siempre fue un pésimo estudiante y aún así llegó a ser gobernador de su estado. Desde la educación secundaria hasta la universidad “sabadera” donde estudió para obtener el requisito del título profesional dan constancia del hecho. No hay muchos nueves en esas boletas.

 

Eso no le resta la audacia, seguramente una persona de razón no habría hecho los compromisos que nuestro gobernador pactó para llegar al poder, la mayoría preferirían no exponer su alma al diablo a cambio de la gloria. Luego se queda uno con lo que los analistas llaman “la mirada de los mil metros”. Algo así como que se quedan viendo al horizonte mientras los demás hablan, y constantemente te pierdes en lontananza, hasta que esos que te conocen, te traen a la realidad con bromas y payasadas.

 

A veces la diosa fortuna te quita lo único valioso que hay en el mundo, la bendita tranquilidad de saberse insignificante y poder dormir como puerquito de corral.

 

@gandhiantipatro

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