OPINIÓN

La soga al cuello: La siempre Autónoma

Todos con instrumentos en las manos, de estilos y librillos de memoria, por bizarri?a y por ingenio ufanos, codiciosos de hallarse en la victoria que ya teni?an, por segura y cierta, de las heces del mundo y de la escoria. Miguel de Cervantes

Se aproxima la elección, o más bien dicho “reelección” del doctor Alejandro Zermeño Guerra como rector de la universidad autónoma de San Luis Potosí, su paso por las historia de la máxima casa de estudios será recordado por los años de la pandemia y la soberana hueva institucional, la modorra ecléctica y casi profesional pachorra de sus funcionarios. Creo que no movieron ni siquiera las macetas para remover los nidos de araña, ni sacudieron las cortinas, incluso, el salitre comienza hacer lo suyo, la humedad carcome como la mediocridad al prestigio. El vetusto edificio con todo y el busto de don Ildefonso en el descanso de la escalera con su nariz brillosa, son mudos testigos de que por ahí, no ha pasado nada. Solo un petimetre con zapatos de charol, rodeado de panegiristas.

El rector Zermeño ha sido vilipendiado más que su antecesor, y aunque propiamente no es menos patético su rectorado que el del arquitecto Manuel Villar Rubio, se esperaba más de él. El tipo llegó rompiendo esquemas, en medio de una pugna interna en el grupo dominante que le favoreció, pocos compromisos y una cartera grande y pocos vigilantes. La universidad es monacal, no hay aspavientos, se liman las esquinas filosas, las texturas son aterciopeladas y hasta las palabras son dulces como un pedazo de piloncillo. Vamos, decía un amigo mío invocando un cierto estilo “Murphyano” : para ser rector de la UASLP basta con ser un idiota, pero entre mas idiota sea el personaje, mayor será la cantidad de idiotas a su servicio para hacerle creer que es el más grande (quizás el único) idiota en la historia de San Luis Potosí.

Había que ser un reverendo idiota para llevarse de secretario general a Marco Antonio Aranda Martínez alias “el pachón”, y peor aún, para sustituirlo por Federico Garza Herrera alias “el pirrurris” después de una larga convalecencia del COVID – 19 que le dejó secuelas importantes pero no determinantes como para no seguir en la nómina, “el pachón” fue reubicado en la tienda universitaria y con las taras que porta, hasta eso se le ha complicado. “El pirrurris” por su parte venía de entregar la fiscalía donde salió por piernas cuando le asomaron el monstruo, no aguantó ni los primeros escarceos. Se suponía que lo habían electo como fiscal autónomo por un periodo que rebasaba el sexenio de su ex jefe Juan Manuel Carreras López, precisamente para cuidarle las espaldas. Craso error, el tipo es tan cobarde que se tardó en renunciar al cargo, lo que se tardaron en pedirlo.

Al rector Zermeño lo ha tratado mal este gobierno estatal que no entiende de buenas maneras y costumbres cortesanas, y tampoco se trata de que ande por ahí intrigando como cualquier politiquillo de rancho, pero como decía mi abuelo: “una cosa es Juan Domínguez y otra muy distinta, no me chingues”. Ya cuando todos fuimos testigos que hasta el más badulaque de los funcionarios estatales se refirió a él como un “ojete” por no querer violentar la ley de protección a los datos personales y se quedó callado, sabíamos que si no es capaz de defenderse a sí mismo, mucho menos se va atravesar por la institución cuando una horda de orcos vengan con antorchas y picas sobre sus cabezas.

Leonel Serrato Sánchez, en su carácter de secretario de comunicaciones y transportes solicitó a la universidad un listado de los alumnos inscritos en cualquiera de las carreras con domicilios y teléfonos para hacerles llegar una tarjeta de descuentos en el transporte color verde y un lindo pollo grabado en el lomo. Ante la negativa de los funcionarios universitarios, el secretario Leonel Serrato se sintió agraviado y se olvidó de los protocolos para insultar al medroso rector. ¿Que se puede esperar de Alejandro Zermeño si tiene como consiglieri al más pueril y apocado fiscal del estado que se tenga memoria?
Para el pollo son un par de gallinas asustadas corriendo en el corral, el día que quiera viene y las pisa.

La forma de estrangular a Zermeño es escatimarle los recursos, al más puro y fino estilo “obradorista” el gobernador Ricardo Gallardo Cardona puso el dedo en la llaga, los altos salarios y compensaciones económicas de los funcionarios universitarios y las excesivas pensiones de los ex rectores. Ha de haber dicho el gobernador : alguien le va dar un mal uso a este dinero y pues, no me caes tan bien como para partir la piña.

El gobernador no ha decidido ir todavía por la universidad porque primero tiene por delante el 2024, pero sabe que es un presupuesto nada despreciable para colocar compadres, amigos y amasios. Además de que tiene un maravilloso departamento de construcción con un sistema infalible que no permite siquiera que se le audite y otorga contratos millonarios sin licitación. Casi que puedo ver al célebre ingeniero Compeán sentado en el cuerno de la abundancia.

Por lo pronto Zermeño transita con “pies de lana” como cualquier sancho peruano en pos de una reelección, no se esperan sobresaltos ni sorpresas, los universitarios están conformes con sus privilegios, y la lógica del sistema es postergarlos. Es poco honorable estar en una trinchera esperando la muerte pero no se puede pedir demasiado a un grupo de pusilánimes que nunca darán un grito de guerra y mucho menos tendrán una muerte digna como ofrenda a los dioses. El día que don pollo venga por ellos, tendrán la silla pulida y lo recibirán de rodillas.

@gandhiantipatro

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