La soga al cuello: Amigas y rivales; el musical
Las luchas fáciles no son luchas, son trampas mortales para ingenuos que creen que la política es vía sencilla, sin tropiezos, ajena a los conflictos, vía triunfal sólo porque así se desea. Jesús Reyes Heroles.
Se acabó el año, y no cambió nada. Si claro, hay personas que murieron, algunos que no deberían morir, otros miles nacieron en la ciudad y el momento equivocado. La ciudad de San Luis Potosí está extraviada, tiene una crisis de identidad, no sabe si quiere ser una urbe industrial, una recatada metrópoli de servicios o una abnegada ciudad dormitorio. La verdad es que nuestra bella ciudad de los jardines ha ido mutando en una doña de edad madura que se niega a envejecer, tatuada, que se transportan en moto italika y escucha ruidosamente corridos tumbaos, cumbias rebajadas y narco rap. Es una urbe de casi un millón de habitantes, violenta y ruinosa. La ciudad del SÍ que soñó el maestro Enrique Galindo Ceballos es veleidosa, perversa, gandalla. La ciudad se vende, muchos quieren comprarla.
Se acerca la fecha final, los plazos fatales deben cumplirse, del 15 al 17 de enero se deben registrar en el ceepac (consejo estatal electoral y de participación ciudadana) las coaliciones de partidos a nivel local, no importa que ya existan para las elecciones de carácter federal como diputados, senadores y presidente de la República. Curiosamente no hay una gran animosidad por compartir el pan y la sal. Los panistas no quieren cargar esa monserga llamada PRI (partido revolucionario institucional) y mucho menos a esa pestilencia conocida como PRD (partido de la revolución democrática). Se ve difícil que él PRD vaya conservar su registro, incluso, se duda que pueda ajustar la cantidad mínima de aspirantes registrados. Ya no les quedan amigos o conocidos a quien engatusar.
En el bloque “cuatrotero” basta con decir que en los mítines de la candidata Claudia Sheimbaun se pelean hasta por las sillas, siempre hay uno que empieza y otro que le sigue, son como perros y gatos, ¿cómo van a compartir planilla si no son capaces de estar como personas maduras en la misma habitación? Tanto el partido verde por medio de su dirigente el inocuo Eloy Franklin y la lideresa de Morena Rita Rodríguez se arrojaron bravatas por los medios de opinión, ninguno quiere reconocer que necesita del otro porque sería como aceptar una gran debilidad y eso afectaría el resultado final de la negociación. Los morenos estiran la cuerda porque piensan que habrá una vez más una ola guinda que hará ganar a cualquier inimputable sin hacer campaña y gastando una baba de perico.
En la capital potosina si el bloque de partidos que apoya al presidente Andrés Manuel López Obrador deciden tomar caminos separados abrirán la puerta para que el panismo se sienta con las condiciones de impulsar un candidato propio y sin estar atados al revolucionario institucional. Por Morena se apuntó el utilitario Leonel Serrato Sánchez que igual la hace de monaguillo que de candidato morenista anti gallardista, que de sumiso colaborador del gabinete verde y heroico eunuco en la corte del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, que de subalterno mancebo cancerbero de Gabino Morales en la secretaría del bienestar, que de vociferante jilguero que añora las viejas glorias de su pasado navista para oponerse al avasallamiento de la influencia política del partido verde y denunciar el soterramiento de la auténtica fe “cuatrotera”.
¿Quién entiende a Leonel Serrato? Primero fue un valiente denunciante de los Gallardo en el ejercicio del poder, los acusó de poco menos que ser unos mafiosos, tres doritos después, hubo de tragarse sus palabras y montarse en su estructura mafiosa para casi ganar la alcaldía, tres doritos más tarde, un tapete tuvo más dignidad y su lengua viperina se volvió suave para hacer tantos panegíricos del gobernador que Simónides de Ceos se habría sentido avergonzado. Después de mancillar su propio prestigio como titular de la secretaría de comunicaciones y transportes y agredir la dignidad de una magistrada al acusarle de mujer obesa (gorda) debió retirarse por la vía de la vergüenza. Con el rabo entre las patas volvió a buscar el refugio del único que no lo juzga (y hasta le aplaude) sus empeñosas actuaciones de carpa. Gabino Morales debería saber que lo pendejo se pega y también lo cizañoso y camandulero, solo él no se da cuenta que la armonía de ese grupo donde él era un semi Dios, ahora se ha roto por su fascinación pervertida.
El otro aspirante morenista es Antonio Lorca Valle, el único que podría alegar racismo a la inversa, el tipo es morenista por conveniencia y político por casualidad. Sus relaciones políticas están mejor en otros partidos que en el que eligió participar, se vería mejor por la derecha que intentando mimetizarse en un partido donde el juego preferido de todos es robar la silla del vecino y el cotilleo nunca se detiene -como en cualquier vecindad. En el partido verde el gobernador ha improvisado dos botargas como aspirantes ante la negativa de Juan Carlos Valladares su secretario de economía, Sonia Mendoza Díaz y Gilberto Villafuerte, como que ahí el jefe del ejecutivo le apuesta a la negociación, porque esos dos, igual los coloca de regidores que de meseros en alguna recepción en palacio. Son políticos de utilería, puede que no sean la mejor oferta pero, es lo que hay, para esto ajustó.
En el partido acción nacional es donde se espera un buen espectáculo, ante la indefinición del alcalde Enrique Galindo, Marco Cortés terminó “siglando” para el PAN ( y mujer) la primera candidatura de fórmula al senado. No era necesario ser tan groseros, si con un mensajito hubiera entendido el maestro. Jugarse la elección al Senado contra un partido verde y Morena que ya anunció Claudia Sheimbaun se irán solos, sería un albur, porque igual ganan las dos o tal vez no ganen ni la primera de minoría. Y es que al Senado irían Gabino Morales con Rita Rodríguez con amplias posibilidades de ganar y por el verde se espera a la esposa del gobernador y al secretario de sedesore (secretaría de desarrollo social y regional) Ignacio Segura o un viejo conocido, el padre del gobernador, Ricardo Gallardo Juárez. Aventurarse a la segunda de senador con Veronica Rodríguez o la diputada Aranzazu Puente a cuestas no suena muy inteligente. La única opción para el maestro Galindo parece ser buscar la reelección.
Dicen algunos panistas que hay tres tipos de Enrique Galindo, el primero es el amigo que busca afanosamente una candidatura, el segundo es el candidato incansable que promete muchas cosas, y el tercero, el alcalde que debe honrar su palabra pero siempre está corriendo para tratar de alcanzar el viento. Con todo y eso parece ser el mejor candidato del bloque opositor. Con encuestas en la mano ha invertido buenas cantidades económicas para posicionarse como un aspirante serio a la reelección. Es un tipo organizado y calculador, salvo un pequeño detalle, olvidó que el partido que le dio dos tercios de los votos que lo llevaron al triunfo, son panistas y tratar de conciliar con ellos es como tener una cita con una hidra. Hay algo que los “encuestólogos” nunca quieren mencionar, los negativos, porque una cosa es hacer una encuesta de conocimiento público y otra muy distinta saber porqué una figura pública es tan famosa.
Como sea, la elección del candidato panista será por voto de la comisión permanente y hay dos aspirantes fuertes, David Azuara Zuñiga quien trae de respaldo a su hermano Xavier, diputado federal y uno de los políticos consentidos de Marko Cortés. El otro aspirante es Rubén Guajardo, diputado local y ambicioso político que ha construido alianzas más allá de la ideología y de las buenas costumbres. David Azuara ha saturado el espacio visual de la ciudad con su cara y su curiosa publicidad estática, su mayor respaldo prefiere mantenerse en el anonimato puesto que es uno de los constructores preferidos de la cuarta transformación. Galindo jugará la candidatura con dados cargados como Xavier Nava y ahora sí veremos que tan hábil es en eso de encantar serpientes.