El Muerto de Tijuana predica su mandamientos en el Bunker
La denominada «música oscura» que se auto nombra en veces como sombría y estiptica ; otras como docta y compleja, siempre ha estado aprisionada a un método no escrito y leyes no ciertas sobre su naturaleza, que la aleja de ser un género creativo y propositivo.
Cuando se ha inventado ya todo, es difícil encontrar algo más allá del hilo negro y solo vemos monolitos que se re acomodan uno encima de otro para ensañarse en una falsa altura, ¿pero que sucede cuando ? – algo tan básico como la música del personaje que trataremos- se vuelve iconoclasta , accidentada y burdamente humorística, un verdadero antígeno de la simulación de no simular.
Nacida de una vida perturbada que se condena pero no niega auxilio, un poeta maldito de calle -no por elección si no por destino o circunstancia – relata casi autobiográficamente una serie de cuentos cortos, simples, tristes y graciosos en un mismo tiempo, quizá como la propia realidad . El Muerto de Tijuana no es un ser que vive bien y busca mostrarse como un decadente, es un decadente que se muestra vivir bien, que pudiera parecer vencido pero es vencedor.
Como señale, un poeta maldito nato, no de aquellos que se visten de negro oropel cuando presentan un libro y se dicen hijos legítimos de las sombras canónicas conocidas más por ser adictos al ajenjo que ahora es bebida de moda ; está es una auténtica gárgola que deambula en las cornisas esperando ser visto por algún despistado.
Nuestro Pagliacci, es difícil de describir sin que se le sea escuchado y visto; y después de esto se pueda decir poco más de lo que él ya haya dicho o bien el oyente haya entendido : por que podría existir una discrepancia sobre si es un genio sombrío o un bufón, no importa el valor que se le dé en este caso, sino que el valor es autentico y no chapeado en la pretensión de tantos artista de la actualidad.
Bajo esta embestidura, el Muerto de Tijuana se presentó este 30 de Agosto en el Bunker, donde se reunieron fans hechos hasta de una semana antes y así como curiosos como si fuese alguna especie espectáculo freak, y sin temor de mostrarse como es MT inicio su concierto tras haberse presentado dos bandas locales. La apuesta era arriesgada, pero la ganancia fue alta, el Muerto de Tijuana se llevó ovaciones del público incluso especialista y un venta total de sus «20 discos» que había elaborado de forma artesanal -y que le ayudarían para sobrevivir día a día- . Tanto los amantes de sabores exóticos, como los músicos consolidados fueron embelesados por la extraña magia que posee El Muerto, quien puede transmitir con algo que parece ser tan simple una compleja idea de la vida, o por lo menos de su vida sin temor al juicio – ¿ pues ya que le puede hacer la sociedad a quien se le ha juzgado antes de pecar ? – pues ya nada – entonces el ahora condenado al menos buscará pecar, así valdrá por lo menos la condena.
El Muerto ,el «padrino», el «padre santo», el «viejo decrepito» ; decretó sus 10 mandamientos como profeta ante una horda de quizá nuevos discípulos en una noche inolvidable y sin duda de las mejores que ha tenido El Bunker. Será ya la historia la que seguirá levantando homenajes a este día, esperando que El Muerto sea reivindicado, no demasiado tarde como pasa en nuestro país en donde se reconocen las estrellas cuando ya se han caído, espero llegado ese día (cuando triunfe) sea yo y no él quien diga » Padre santo, acuerda de mi» .