La Leyenda de la Loca Zulley

La Loca Zulley

Esta es la leyenda de la Loca Zulley, una historia triste y llena de dolor sobre como la muerte se puede llevar la cordura y sonrisa de una joven, pero no sus intenciones de amar.

 

Su nombre era Claudia, hija de una acomodada familia y la segunda de tres hijos, sobreviviéndole solo su madre y hermana menor pues cuando ella era niña su padre y hermano mayor murieron.

 

Cuando fue jovencita, se caracterizaba por ser una muchachita muy risueña y alegre, ataviada siempre de vestidos elegantes que resaltaban su belleza.  Fue entonces cuando conoció a Rodolfo su primer y único amor.

 

El noviazgo entre Claudia y Rodolfo fue duradero y la relación se mantuvo por el paso de los años terminando por prometerse amor eterno que se consumaría con los votos matrimoniales.

 

El día que Rodolfo le propuso matrimonio, le entregaría a Claudia un anillo de oro blanco engarzado con una acerina negra, el cual le habría pertenecido a su abuela y regalado a él por su madre. Rodolfo le pidió a Claudia que le prometiera amarlo por siempre pasara lo que pasara, promesa que Claudia juro cumplir.

 

Se llegaba el día de la boda, la cual se realizaría en el templo de San Miguelito por ser Claudia originaria de ese barrio, sin embargo el novio nunca llegó. Los invitados estaban desconcertados y Claudia intentaba aferrarse a la idea de que su Rodolfo llegaría y la desposaría.

 

Algunos rumoreaban que Rodolfo habría huido de su compromiso, otros que habría muerto, pero como no era originario de los rumbos en los que vivía Claudia, nunca se supo que pasó con él.

 

Cluadia no perdió en ningún momento la esperanza de que su amado llegaría por ella y continuamente le decía a la gente que no podía ir a tal o cual lugar porque si no Rodolfo no la encontraría.

 

Su familia se llenó de una enorme tristeza cuando se dio cuenta que Claudia había perdido la cordura, ya no vivía en este mundo y parecía quedar atrapada de por vida en el día de su boda.

 

A menudo se ponía su traje de novia e iba al Jardín de San Miguelito o la Plaza de Armas a sentarse en una banca y esperar a que llegue su amado. En muchas ocasiones cuando veía a un joven parecido a Rodolfo le gritaba “¡Rodolfo porque tardaste tanto en venir por mí, estoy lista para que nos casemos!”. Muchos hombres por compasión le seguían la corriente y la cuidaban temporalmente, otros más crueles se aprovechaban de ella, pero Claudia nunca se quedaba mucho tiempo con ellos.

 

Debido a que su apellido era Zulley, la gente comenzó a llamarla la Loca Zulley, quien a veces solo se posaba triste entre las plazas y jardines de San Luis Potosí y otras persiguiendo muchachos mientras les gritaba “Rodolfo ven”. Siempre lucia el anillo que Rodolfo le había regalado y aunque se vestía siempre elegantemente, su vestido favorito era el de novia.

 

Así viviría el resto de su vida hasta que falleciera aparentemente de causas naturales o como muchos decían “de tristeza”. Fue enterrada el panteón “El Tecuán” el cual se encontraba tras la iglesia de San Miguelito y el cual sería retirado para dar paso a la modernización de San Luis Potosí, convirtiéndose ahora en la escuela Manuel José Othón.

 

En los restos del desaparecido panteón un joyero del mercado de La Merced, habría encontrado el anillo de oro blanco con la acerina engarzada, el cual ofreció a la Virgen de la Soledad y la cual ahora porta en su mano izquierda.

 

No se sabe bien que sucedió con Rodolfo y si Claudia terminó sus últimos días sumida en la melancolía o en un mundo donde su amado Rodolfo siempre lo acompañó, lo que es cierto es que es una de las historias más tristes de las que se cuentan en San Luis Potosí.

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