La soga al cuello: Entre cacos te veas
“Todos los mozos de mulas tienen su punta de rufianes, su punta de cacos, y su es no es de trúhanes”. Novela del licenciado vidriera. Miguel de Cervantes Saavedra.
En los agrestes días de la post pandemia la reactivación económica es el tema de todos, no hay un político, empresario, cura o albañil que no se lamente las pérdidas económicas que las oleadas del COVID han dejado para la posteridad. Las secuelas en la economía del mundo producto de la ingesta del virus son atroces, en algunos casos “más hubiera valido morir” me dijo algún vendedor ambulante que de ingenuo no tiene nada.
Y es que por más que los economistas pretendan hacernos la vida complicada con sus escenarios de prospectivas, derivadas y fórmulas secretas la base de la economía es el comercio, siempre lo ha sido y así seguirá. Aunque a veces el futuro también depende de la confianza, la incertidumbre por su parte puede acabar con un negocio antes siquiera de comenzar, por ello, la base primordial de la reactivación económica es la certidumbre. Las buenas decisiones de los gobiernos alientan la inversión y revitalizan el mercado. Es como una transfusión de sangre con esteroides en un cuerpo deprimido.
Los pueblos que han salido avantes de una situación de crisis recurren a los empréstitos, si el dinero se distribuye equitativamente entre todos los habitantes seguramente provocaría un gran albedrío pero al paso de los días se diluiría como agua que se riega en la arena y sus efectos sólo serían momentáneo, los gobiernos neoliberales recurren a diversas estrategias y la más eficaz es ejecutar proyectos de obra pública. También porque se pueden favorecer a constructores patrocinadores de campañas políticas y además, los sobornos se pagan casi de inmediato.
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona se encuentra en un impasse, su incipiente gestión se ha topado con un pequeño agujero financiero, algo a lo que se le ha dado por llamar: “la herencia maldita”. El jefe del ejecutivo está convencido de que si logra posicionar su cliché, el pueblo será más condescendiente a la hora de repartir las culpas. La expectación por el ascenso de la gallardía está fuera de control en las clases bajas, justo donde se encuentra el grueso del electorado que lo llevó al triunfo. La mayoría esperan obtener una jugosa compensación por el simple hecho de ser gallardista, las tarjetas de tres mil pesos para amas de casa aún no reciben su primer depósito. Y eso que según se malició, les iban a pagar retroactivo desde el día de la elección, pero no se ha sabido nada.
Por su parte los sindicatos se apostaron en la plaza con sendas trincheras de toldos, sillería y burócratas en previsión de posibles desmejoras a los privilegios decembrinos, el pollo Gallardo asegura que no le dejaron “ni para los aguinaldos”, y tampoco se le ve mucha preocupación por conseguir un préstamo para que los esbirros de la señorita Nina tengan para su pavo y una blanca Navidad. Bernardina Lara Argüelles, sempiterna líder del sindicato mayoritario del gobierno del estado (SUTSGE) reelecta recientemente le mostró el músculo al gobernador y su oficial mayor Noé Lara Enríquez llevó la peor parte, ese es su papel.
Por su parte Francisca Resendiz, la aguerrida líder del sindicato independiente de gobierno del estado (SITTGE) le mostró algo de músculo al gobierno en días pasados, en evento masivo realizado en el jardín de san miguelito con la presencia de representantes de sindicatos nacionales advirtió que no claudicarán, los discursos fueron de beligerantes a virulentos, sabe lo que viene, no es la primera vez que lo ha enfrentado.
Si la herencia maldita de la que habla el gobernador Gallardo Cardona implica el lastre de los privilegios a los sindicatos; la deuda descomunal que dejó Juan Manuel Carreras; el desorden financiero y los compromisos por obras no ejecutadas que implican sanciones por parte de la federación como la red Metro; inoperante, inservible y fraudulenta; los graves compromisos financieros que se vienen arrastrando en la secretaría de educación del gobierno estatal donde se destapa un agujero para tapar otro; los gastos excesivos que se hicieron por seis años y sin control por la secretaría de gobierno para financiar a grupos sociales. Si esta es la herencia maldita sin duda el albacea es Alejandro Leal Tovías, diputado local priista y por seis años el artífice de todos los bisnes, intrigas, complots y conspiraciones.
El gobernador del estado se ha expresado en términos no muy amigables de algunos ex funcionarios estatales, sobre todo de la ex titular de Salud Mónica Liliana Rangel, quien además fue su contrincante como candidata del movimiento de regeneración nacional (MORENA) y del ex secretario de finanzas Daniel Pedroza Gaitán, hermano del ex candidato de la coalición PAN-PRI-PRD-Conciencia Popular Octavio Pedroza. Extrañamente de Alejandro “el caco” Leal no se ha pronunciado tan agresivamente, el tipo sabe meterse y hacerse el útil.
El “caco” Leal no solo es un protervo operador político, sin escrúpulos y con baja calidad moral, sino que además es un experto lisonjero, es sabido que en la recta final del proceso electoral operó en favor de Gallardo los activos priistas de mayor confianza. Claro que dicha operación fue autorizada por el entonces gobernador Juan Manuel Carreras López cuando recibió órdenes superiores desde palacio nacional.
Pero los amores no duran por siempre, dentro de poco el gobernador Ricardo Gallardo tendrá que decidir qué cabeza colocar en una picota para amansar las aguas. Está claro que no podrá cumplir ni al mediano plazo todo lo que prometió en campaña, será entonces cuando la herencia maldita vea leerse su testamento. Al tiempo.