OPINIÓN

La soga al cuello: La jaula de las locas

Muchos triunfarían en cosas modestas, si no estuvieran obsesionados por grandes ambiciones. Henry Wadsworth Longfellow.

 

Se acabaron las comparecencias en el congreso del estado. ¿Como? ¿Acaso hubo comparecencias? ¿O serían complacencias?

 

Si acaso algún traspié verbal, “tonitos” de mesura, plegones, desplantes, indirectas y muecas, no faltó quien le torció el hocico a un compañero o volteó los ojos al revés cuando el funcionario en turno respondió alguna estupidez, la verdad, es que ese patético espectáculo fue como un festival de primavera en una escuela pública, una producción muy lamentable. La mayoría de la concurrencia presente asistió por compromiso o conveniencia, pero los actores, en la antesala de lo amateur. Los funcionarios de primer nivel con menos experiencia como la nueva secretaria de finanzas, -a lo descarado- con las preguntas y respuestas anotadas en una tablet, y aún así, se dió el gusto de trastabillar, sin disculparse y sin pena. Los diputados, sin el rigorismo necesario de un jurado de festival de belleza. Como dijera un amigo oriundo del municipio de Soledad de Graciano Sánchez: no estamos mal, estamos peor.

 

Mientras intentaba agarrar el hilo de las conversaciones en el congreso local se me vino a la mente una imagen, quizás las sesiones en el club de jardinería de Lidy Villalba serían mucho más amenas y controvertidas que una comparecencia del responsable de la seguridad pública en el estado, o sea, al vato se le hace bueno que estemos en la media, de la media nacional, que alguien le explique que México tiene ocho de las diez ciudades más violentas del mundo, la media de este top está por encima de la guerra en Ucrania. Para hacernos pendejos si estamos buenos -todos. Por eso dice la frase del extinto líder del partido único de pendejos don Hermenegildo L. Torres: el que sabe sabe, y el que no, es diputado.

 

Total que no faltó el que se quiso lucir con una pregunta digna del premio de los 64 mil pesos, -los milenial no traten de entender mis referencias, soy un anciano. El decano del poder legislativo local Rubén Guajardo Barrera le consultó a la titular de la secretaría de finanzas Ariana García Vidal sobre los criterios utilizados para calcular el recurso económico asignado al nuevo municipio de Pozos. Después de un larguísimo e incómodo silencio, alguien le trajo una tarjeta escrita a mano y al parecer, muy dificultosa de leer, “pos” claro, esa pregunta no estaba en el guión. Por eso saqué a colación a don Hermenegildo L. Torres, el tipo se adelantó a su tiempo y advertía: si la pendejez doliera, habría personas que van por la vida en un grito.

 

Ahora si que continuando con la dinámica de exponer pendejos -y pendejas- se sabe de un tipo que al llegar a una cantina pateaba la puerta y al atravesar el umbral gritaba a voz en pecho: ¡chingue a su madre el que me vea, el que no me vea y el que me ignore!. Ahora así que con ánimo de ofender, en el poder legislativo de San Luis Potosí nada más hay tres, donde debería haber 27, el resto andan como en kindergarten, le tienen miedo al conserje, se asustan cuando les hablan de la leyenda de un payaso que se suicidó y en ocasiones se aparece buscando robar el alma de algún petiso orejudo. La constante es la incompetencia, y eso como que ya comienza a molestar al presidente de la junta de coordinación política Héctor Serrano Cortés, el personaje está acostumbrado a obtener lo que desea y en el menor tiempo posible, pero aún en sus peores pesadillas jamás imaginó que iba a jugar al ajedrez con un séquito de inimputables. Los diputados de sus bancadas -verde y partido del trabajo- son un ejército de orcos, leales, groseros, pero imbéciles, chocan con las paredes, no saben hablar y cuando leen, deletrean. Sus socios morenistas, ternuritas, los comanda un gallo, y ya con eso digo todo, es un soldado de la cuatroté, típico servidor de la nación -con todo y chalequito guinda. Si acaso el Cuautli Badillo se defiende porque tiene estilo de petimetre, comparte con Serrano Cortés la fascinación por la apariencia física y el estilo princeso. Son ese par de dos, el mejor referente del estereotipo de la belleza -o rareza- masculina guachichil y chilanga -totalmente palacio.

 

No dejaremos detrás al diputado Carlos Arreola Mallol, el ajonjolí de todos los moles, es un opinador profesional, si es el día de promover la detección de cáncer de mama o la semana del papanicoalou; él declara, si habrá campaña de vacunación antirrábica; él declara, si al gobernador se le ocurre la genial idea de crear la agencia espacial potosina para colonizar Marte; él declara y ofrece el apoyo del gobierno federal a tan valioso esfuerzo, “el segundo piso de la transformación llegó a Marte” -espetó con lujuria y alegoría inaudita. En la legislatura potosina nunca hubo tantas mujeres como ahora, y nunca fueron más invisibles, incluso, creo que es el invierno de la moda, no hay una Josefina Salazar posando para la foto con un vestido distinto diario, mostrando su cadencia al hablar y su andar complaciente, siempre atenta a la temática del acontecer diario. Ahora hay desde las que se confunden con secretarias, porque diariamente se ponen el uniforme, saquito guinda o café, con faldón, y zapato bajo, nada de tacón que cause alarma y obligue a los macuarros asomarse a la calle echando chiflidos. Puede parecer frívolo que esté hablando de moda y el buen vestir cuando del género femenino se trata, tal vez me acusen de sexista o peor aún, de violencia política de género, pero es que ni siquiera esa buena iniciativa se ha visto, son levantadedos, -igual que sus compañeros heteros y progres- después de tantos años de lucha para conseguir lo que por derecho les correspondía, y lo desperdician quedándose calladas o diciendo pendejadas -a eso le llamo igualdad.

 

También está la experiencia de los que ya fueron y llegaron hasta arriba, pero que ya vienen de bajada, como Sara Rocha, Friné Azuara o Marco Gama Basarte, las doñas ya andan batallando con el climaterio, fueron diputadas federales y ahora se aferran a la bachicha de poder que les obsequió el partidazo y el alto jerarca del nuevo PRI Alejandro Moreno -el viejo árbol de la revolución todavía da frutos. Marco Gama fue líder estatal  panista, senador de la república, ahora dirigirá por tres años los destinos del movimiento naranja en el estado. Y uno pensaría que un cabrón a su edad ya debería sosegarse pero no, “cásose” en segundas nupcias después de haber llenado de bendiciones a la primera, -a la vejez viruela- ahora tiene que andar trabajando como burro cuando debería estar sentando en una mecedora saludando a los vecinos, tendrá que rendir el doble para llenar las expectativas de su pareja sentimental -20 años más joven- y su hijo recién nacido, además de construir la plataforma política de un partido emergente liderado por un anciano que ya también lo reclama la tierra. El dirigente nacional de Movimiento Ciudadano Dante Delgado Ranauro anunció recientemente que lucha contra el cáncer y que le extirparon el estómago, pero que con todo y eso, quiere seguir sirviendo a México -ya llévanos señor. Bien decía mi abuelo que viejo era aquél que da buenos consejos, porque ya no puede dar malos ejemplos.

 

Hay muchos diputados locales que aún no identifico bien porque son inocuos, incoloras, inodoras e insípidas, pero ya conforme avance este chisme por sus pendejadas los conoceréis, por lo pronto ya cumplimos, ahí está la colaboración hebdomadaria y esperemos que llegue la compensación con su respectivo vale de despensa y sin retraso.

 

Falleció Jorge Montenegro Navarro, compañero de andanzas, voluntarioso, siempre con la indignación a flor de piel, muchas tardes compartidas, y ahora, su paso por este valle de lágrimas ha concluido, vaya pues un abrazo fraterno para la familia de tan gentil y apreciado amigo.

 

@gandhiantipatro

 

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