No hay gente inútil, solo hay gente perjudicial. Máximo Gorki.
La grilla potosina nunca se detiene, no importa si la violencia en las calles no cesa, o si la inflación se va a las nubes, incluso, puede pasar que el desempleo supere la media nacional por las razones geopolíticas y macroeconómicas que usted prefiera, pero el chisme, la intriga y las conspiraciones no pueden faltar en la mesa de un humano mexicano. En San Luis Potosí ya estábamos listos para entrar al mundo globalizado, ya éramos expertos en near shoring, todos andábamos ya metidos en la filosofía del emprendedurismo, cuando la realidad se nos presentó de golpe y porrazo. Las políticas arancelarias del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Donald Trump amenazan con sentar las bases de un modelo intervencionista que somete a sus adversarios mediante el chantaje y acciones coercitivas. El presidente Trump pareciera que está jugando al monopoly con el mundo y nosotros somos mudos testigos de semejante aberración. Pareciera que no, pero hasta las aspiraciones políticas de los personajes locales podrían verse afectadas, máxime en un estado como el nuestro donde los políticos se adjudican de inmediato los réditos de un supuesto auge derivado del arribo de cientos de empresas rémora que aparecen siempre alrededor de las grandes armadoras de automóviles, pero igual se van cuando se acaban los contratos y no les importa lo que dejan atrás, los créditos de sus a trabajadores en Elektra, la moto italika, los sillones de fonacot y hasta los planes de casorio. En un instante todo se va al carajo por ese afán proteccionista de quien antes promovía el libre comercio y la economía global.
Pero nada de eso importa, aquí en San Luis Potosí estamos más preocupados por saber quién va ser electa gobernadora en dos años, si la senadora del partido verde, Ruth Miriam González Silva, la secretaria de gobernación Rosa Icela Rodríguez o la senadora panista Verónica Rodríguez Hernández. Todo parece indicar que la próxima elección para la gobernador en 2027 será una lucha de mujeres en el fango, las tres tendrán que sacar los pasos prohibidos porque será una lucha sin cuartel. La primera, Ruth González, es la esposa del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, fiel colaboradora, comprometida y además, -alguien tiene que decirlo- la principal razón por la que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue exhibida por el senado de la república al rechazar su iniciativa contra el nepotismo. La mujer tiene presencia, y es un rostro conocido, después de todo, ha acompañado al marido durante años y ya conoce la monserga que es andar en campaña, ella por su parte ya recorrió el estado, ya sabe lo que es andar visitando municipios miserables, o las periferias de las zonas urbanas, ahí donde viven los que no tienen nombre, los nadies, los de la mala suerte. Algunos piensan que al final tendría que ser otra la candidata, que no puede la gallardía mearse sobre la iniciativa presidencial, y es que aunque el senado aprobó la reforma pero ampliaron la vigencia hasta el 2030, la presidenta Sheinbaum no se veía rebosante de alegría, si de por sí, hay demasiada indisciplina al interior de Morena, como podría pasar por alto que un partido aliado y un cacique de rancho vinieran a la gran ciudad a ponerle condiciones. Ahora todos están metidos en una bronca, la presidenta de México porque no puede darse el lujo que alguien le falte al respeto, y los verdes, porque ya parece que así tan fácil van a ceder la plaza para que lleguen una horda de salvajes a trasculcar los cajones. Que momento tan incómodo.
Y eso nos lleva a la segunda opción, que debería ser la primera pero hay que reconocer jerarquías y no se puede negar que en San Luis Potosí, la pauta siempre la marca el gobernador del estado, ahí donde lo ven con su lenguaje florido y su desparpajo, no ha tenido contrincante en los últimos años, le calientan la plaza, le inventan enemigos poderosos, -como el loquito de Tanquián- le sacan los expedientes del baúl y los muertos del clóset, y nada, el tipo tiene casi tanta suerte como el alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos, pero esa es otra historia. En Morena el proyecto político se llama Rosa Icela Rodríguez, y ya por ahí andan circulando unas camisetas guindas y rosas con las iniciales “RR”, hacen alusión a un slogan publicitario, “renovando el rumbo” -hasta con un corazón muy lindo. Que una de las letras sean de color Rosa y las iniciales coincidan con el nombre de nuestra paisana señora secretaria de gobernación, sabemos que es una afortunada coincidencia, pero no lo echen en saco roto, no vaya siendo un acto anticipado de campaña. Pero luego me acuerdo que este país ya cambió y los del movimiento de regeneración nacional no hacen esas cosas y hasta me siento avergonzado siquiera de haberlo pensado. En fin, si Rosa Icela Rodríguez vendrá a jugarse su resto en 2027 no vendrá a ciegas, aquí está su hermana pastoreando la manada, aunque sean un par de borregos topadores y varios chivos de esos que gustan meterse a las cristalerías. Rita Ozalia Rodríguez dirigente estatal de Morena a padecido el ninguneo y el desasosiego de parte de los aliados de la cuarta transformación, la mujer en política resultó ser neófita y con el paso del tiempo ha ido aprendiendo a base de prueba y error que no se puede confiar en nadie, y mucho menos si ese nadie tiene antecedentes penales o varias carpetas de investigación abiertas, pero aún así, ella cándidamente sigue firme a los principios de la cuarta transformación. Hasta el momento Rita Ozalia no ha tenido mayores contratiempos en sus encomiendas, pero alguien debería decirle que la luna no es de queso y que los reyes magos no existen… sólo son una bonita tradición.
El mayor problema de Morena en San Luis Potosí está en la excesiva codicia de algunos de sus integrantes, curiosamente la mayoría son generacionales, imberbes, soberbios y muy insensatos. Personajes como Gabino Morales, Carlos Arreola, Cuautli Badillo, Darío Fernández, Guillermo Morales, Elí Cervantes, Briceyda García, Nancy Jeanine García, Gabriela López, por mencionar algunos ejemplos, son un referente de la clase política potosina de Morena. Diputados locales y federales, delegados federales, funcionarios de partido, la falta de unidad política los debilita y el zancadillear es su deporte favorito. El juego se trata de meterle el pie al que va delante, aunque posiblemente hará lo mismo el que viene detrás. Algunos son más voraces como el delegado de la comisión nacional del agua en San Luis Potosí, con amistades peligrosas y un ego del tamaño de su inseguridad, con complejo de gordo y harto chismoso, metiche e intrigoso, es temido por ser la pulga en la oreja de la señora albacea. Muy “bisnero”, igual que el nuevo delegado del Infonavit Adán Romero, ya andan en busca de constructores de obra pública y desarrolladores de vivienda. Pero el que se lleva las palmas es Guillermo Morales, delegado de la secretaría del bienestar -por mientras- él suplió la ausencia de Gabino Morales, quien saldría abruptamente en busca de la fallida candidatura al senado de la república. Apenas había puesto dos pasos fuera de la oficina Gabino cuando “Memo” ya lo había traicionado, en su paranoia comenzó a despedir empleados del bienestar que consideraba leales al anterior delegado y se quejaba de filtraciones y espionaje. El patético personajillo se volvió contra su creador y obviamente, conocía los secretos, las promesas rotas y los tratos políticos.
Guillermo Morales sigue la ruta de muchos que se creen que inventaron el hilo negro, ahora conspira contra Rita Ozalia a quien se ha encargado de clasificar como inestable emocionalmente y políticamente incapaz en su afán de conservar el cargo de titular del bienestar en la entidad. Es bien sabido que la hermana de la secretaria de gobernación tiene el plan de colocarse en el área más importante del gobierno federal para preparar el arribo de su hermana a la candidatura previo al proceso de 2027. El futuro que le espera al delegado del bienestar es incierto pues cada vez se ha ido develando su participación en contra de los candidatos de Morena en la elección anterior, como fue en el caso de Tamazunchale donde apoyó al candidato del partido verde que resultó triunfador Adelaido Cabañas. Guillermo Morales instruyó a la coordinadora de los programas del bienestar en la huasteca sur Areli García Antonio para que proporcionasen los padrones de beneficiarios de la secretaría del bienestar a los operadores del partido verde. Recién Guillermo Morales le entregó un nombramiento al ex titular de codesol en el ayuntamiento de Tamazunchale Gastón Rivera para que funja como nuevo responsable de la atención a los grupos étnicos por parte de la secretaría del bienestar. Gastón Rivera pretendió ser candidato de Morena en el pasado proceso electoral para operar como un caballo de Troya y favorecer a quien de cualquier forma obtuvo el triunfo, Adelaido Cabañas. Gastón Rivera, Guillermo Morales, Areli García y El sempiterno candidato a la alcaldía del municipio Soledad de Graciano Sánchez Juan Carlos Velázquez conforman una mafia que se encarga de hacer negocio con los programas “la escuela es nuestra” y otro para remodelar clínicas y centros de salud en las comunidades indígenas de la huasteca potosina. Ahora se están frotando las manos porque también tendrán que operar el programa “fais” que está casi ausente de normatividad, más bien se trata de imponerse sobre el comité de colonos conformado para la ejecución de la obra. Así son las cosas en los tiempos de la cuarta transformación. Así pues.
Ah sí, lo olvidaba, tremenda carta la que enviaron los representantes de las etnias potosinas repudiando el nombramiento de Mario Godoy como nuevo titular del INPI -Instituto Nacional De Pueblos Indígenas- o sea, ese montón de mierda no necesitaba que otra mosca se parase a hurgar, y sin embargo sucedió.
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