CULTURA

Entrevista al pintor potosino Gilberto Vázquez

 

Cuando me vine de Matehuala a estudiar a San Luis Potosí, destruí todas mis pinturas porque no quería que fueran menospreciadas.

 

 

Considera que a los jóvenes les falta entusiasmo; las obras son mal vendidas porque se carece de destreza administrativa.

 

Por Juan Carlos González Islas.- Desde niño le dio por pintar. En su natal Matehuala, un sentimiento interno lo llevó a plasmar sus primeros trazos. Su tía Consuelo Chávez quien era modista y pintora lo dejó maravillado con sus creaciones. Casi todas las pinturas que realizó en su primera etapa de creación, las destruyó como un acto de autocrítica y para evitar que fueran menospreciadas.

En su juventud estudió la licenciatura en Economía en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, sin embargo la cercanía de la Universidad con el Instituto Potosino de Bellas Artes, le hizo fortalecer su vocación por la pintura.

El protagonista de esta historia, es el pintor Gilberto Vázquez Chávez, quien concedió una entrevista para METROPOLI SAN LUIS, en el marco de su exposición Sueños breves, historias cortas. La muestra plástica tiene como sede el Museo Francisco Cossío.

Vázquez aún recuerda con gran entusiasmo la primera exposición que vio en una galería. Cuando      comenzó a involucrarse en el gremio pictórico, pensó que él no tenía la obligación de ser un buen pintor, ya que su profesión sería la de economista. El deseo de pintar lo convirtió en una incontrolable obsesión.

Su lenguaje plástico lo encontró bajo la tutela del maestro Raúl Gamboa. Forma parte importante de la historia contemporánea de la plástica potosina. Consideró que los artistas jóvenes no tienen entusiasmo. También asegura que los pintores no son buenos administradores, ya que no saben vender sus obras. Se declaró un profundo admirador de las pintoras Angélica Villarreal y Teresa Escobedo. También incursionó como funcionario público como director del Instituto Potosino de Bellas Artes.

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EL NIÑO PINTOR

La infancia de Gilberto Vázquez se desarrolló en su natal Matehuala, compartía en un escritorio y en uno de los cajones guardaba celosamente sus creaciones. “Me acerque a la pintura porque fue un sentimiento interno que se dio en mí, porque sin tener un antecedente ni relación con el medio, desde niño me dio por pintar. Nunca mostraba mis trabajos. Más bien era algo más íntimo. No recuerdo mucho las imágenes que yo pintaba. Fue en en la secundaria cuando tuve mi primera relación con el óleo”, señaló el prestigiado pintor.

“Seguía de forma constante haciendo pinturas. Cuando vine a San Luis Potosí a estudiar, destruí casi todo porque no quería que fuera menospreciado y terminará en la basura. Nunca enseñaba mis trabajos, simplemente pintaba por un deseo íntimo”.

La primera exposición que observó Gilberto Vázquez fue en la galería German Gedovius. “Quedé impresionado con los trabajos de Angélica Villareal y Teresa Caballero (qepd). Son dos pintoras que admiro mucho. La figura humana no la veo tan bien representada de cómo lo han hecho Villarreal y Caballero”.

Cuando cursaba la licenciatura en Economía,  comenzó el acercamiento formal con el dibujo y  la pintura: “Fue muy casual, el Instituto Potosino de Bellas Artes estaba frente a la Plaza de Armas, la Escuela de Economía de la UASLP, estaba en la calle de Arista, en donde ahora están las instalaciones de Radio Universidad. Teníamos en las clases algunos espacios, salíamos a las 10 de la mañana y regresábamos a la una. Primero fui a ver las clases de dibujo por la mañana, y después de un año, me inscribí en el IPBA, por motivo de las clases, ya no volví y cuando me reinscribí, fue cuando el maestro Raúl Gamboa me vió y me dijo ponte a pintar, a partir de ahí comencé a pintar.

“En ese momento estaba Teresa Palau, Alberto Martínez, Jesús Sánchez, Rosa Luz Villasuso, era un momento que quizás yo encontraba un grupo de compañeros muy creativos; muy entusiastas y con todo el talento.

“Yo me marginaba un poco, porque según esto, mi único objetivo, era la escuela de Economía, al principio usaba el pretexto y me decía: no tengo porqué ser tan bueno, si ellos son pintores y yo soy economista.

“El maestro Gamboa comenzó a motivarme y me dijo que era buen trabajo, el que estaba haciendo. Comencé a pintar y en algunos momentos pienso por qué los jóvenes no tienen el entusiasmo que nosotros tuvimos en ese momento.

“De alguna forma entendí que existe esa prioridad de pintar, en un momento dado se convierte en obsesión. Socialmente se contrae un compromiso, cuando tienes una exposición y eres pintor”, dijo Gilberto Vázquez.

LA ANÉCDOTA

Cuando estudiaba en la escuela de Economía, Gilberto Vázquez fue víctima de algunas bromas y “cotorreos”, por ser pintor. “Había un maestro que me decía: Vázquez pase al pizarrón y háganos un cuadro. Obviamente eso era parte del cotorreo, que hasta los mismos maestros hacían. A mí me molestaba y el maestro al ver mi expresión, me decía: un cuadro Vázquez, un cuadro sinóptico, no se moleste”, recordó el pintor.

 

LAS NIÑAS

La propuesta plástica de Gilberto Vázquez, tiene un referente importante en su trayectoria en las artes plásticas. La figura de “Las niñas”, es una expresión que según Vázquez, ha sido un estilo particular de su obra que ha perdurado, a través del tiempo y es una representatividad muy importante.

“En el momento en que yo comencé a trabajar la figura infantil, la empecé a plasmar geométrica. Un poco tirándoles al cubismo, después el maestro Gamboa me dijo que las hiciera más orgánicas, se empezaron a redondear. De estas figuras, en una ocasión tenía que pintarle a una mujer los ojos. Yo sentí que era muy difícil pintarle los ojos. Sin embargo, el maestro llegó y me dijo: Ya no la vayas a tocar, déjala así. Yo respondí: maestro le faltan los ojos. Me volvió a decir que la dejara así.

Después de contemplarla por un buen rato, me di cuenta que los ojos son la expresión, pero no siempre son básicamente la expresión de la imagen. Esa es la primera pintura donde no utilicé los ojos. En mi propuesta de “Las niñas”, presento una síntesis de la figura humana, la síntesis de un rostro infantil. No inventé el hilo negro pero si fue una expresión particular”, detalló el artista originario del altiplano potosino.

 

LOS ARTISTAS NO SABEN VENDER SUS OBRAS: VAZQUEZ

“Yo siempre he dicho que los artistas son malos administradores. Si a mí me preguntan: ¿Ese cuadro cuánto vale? Yo le puedo decir: te lo regalo. Uno siempre tiene que considerar el tiempo, el material, el marco, todo tiene un costo. Pero somos tan malos para vencer. Necesitamos administradores para vender nuestra obra”.

“Actualmente sucede un fenómeno muy extraño, porque los artistas se van dando en todos los niveles de la sociedad potosina, desde la escuela de arte, los centros deportivos, las casas de barrio, independientemente de las disciplinas artísticas. Lamentablemente es muy poco lo que se vende en las exposiciones. No hay Galerías privadas que puedan hacer promoción. La venta de obra se va de mano en mano. Es importante el apoyo que dan los medios de comunicación, para difundir las actividades. Existe un crecimiento en la calidad y cantidad de artistas en San Luis Potosí. Con la apertura del Centro de las Artes se tuvo un cambio muy radical en el estado.

Finalmente, el maestro Gilberto Vázquez dijo que siempre tendrá el tiempo para pintar, y seguir buscando en su mismo lenguaje. “Siempre estoy activo en la cultura, y en lo que respecta a mi clase le seguiré dando lo mejor que se pueda para que los estudiantes, tengan la enseñanza básica en su formación”.

 

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