A puerta cerrada, obra invitada al Rino bajo la dirección de Ana Neumann
El Rinoceronte Enamorado retoma el ciclo Las Invitadas del Rino, y en esta ocasión recibirá al Taller de Teatro Grimm con la obra A puerta cerrada de Jean Paul Sartre bajo la Dirección de la Maestra Ana Neumann.
El Taller de Teatro Grimm inició en 1991 y a la fecha ha realizado más de 50 proyectos escénicos; se ha presentado en diversos escenarios de la localidad, el interior del Estado, en la Ciudad de México y Zacatecas. La Maestra Ana Neumann quien es la directora del taller fue diplomática en las embajadas de México en Tanzania y Etiopía. Actualmente es escritora, promotora cultural, periodista, comunicóloga, productora de radio y actriz; dedicada al teatro, la literatura y la narración oral escénica desde 1991.
A Puerta Cerrada es una obra intemporal, debe mucho de su poder a la desesperación de una Francia ocupada. Su visión de los tres personajes (Garcin, Estela e Inés), atrapados en una versión particular del infierno, concluye en que el infierno son los otros. La obra se inicia con el Mayordomo conduciendo a un hombre llamado Garcin hacia un cuarto, que la audiencia pronto identifica como el infierno (el infierno puede ser un hotel gigantesco, debido a los «cuartos y pasillos» mencionados en la obra). El cuarto no tiene espejos ni ventanas y sólo cuenta con una puerta, tres sillones, una estatua de bronce y un abrecartas. Finalmente, una mujer, Inés, entra a la habitación de Garcin, y posteriormente otra, Estela. Después de que ambas ingresen, el Mayordomo sale y la puerta es cerrada con llave. Todos esperan ser torturados, pero no aparece torturador alguno. En lugar de ello, ellos descubren que están ahí para torturarse entre ellos, lo cual parecen estar logrando. Al principio, los tres observan eventos que les conciernen, sucediendo en Tierra, pero finalmente (conforme su conexión con Tierra se desvanece y los vivos prosiguen) son abandonados con sus propios pensamientos y la compañía de los otros dos.
Como el propio Sartre dice: “El hombre no es, sino lo que se hace a sí mismo”. Y añade: “La experiencia interior nos lleva a lo trascendental”.
