
Además de la inspección, el tráfico se vio afectado debido a las diversas unidades de la SCT que obstruyeron el paso.
De nueva forma, sin tener una certeza de que se tratase de un Uber ,de forma prepotente, intentaron llevarse el vehículo de una familia, la razón: únicamente porque el asiento del copiloto se encontraba vacío.
A pesar de que los ocupantes negaron abordar un servicio de Uber y explicaron que se trataba de una familia, de acuerdo con testigos los inspectores intentaban bajar a la familia del vehículo para poder arrastrarlo con una grúa sólo porque “no pudieron comprobar que no eran Uber”.

Expertos en el tema de Derechos Humanos han aconsejan interponer una denuncia formal ante la Fiscalía Especializada en delitos cometidos por funcionarios públicos y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, si personas se ven afectadas por inspectores agresivos que hagan cuestionamientos hostiles, infunden miedo o declaren amenazas a las personas en su búsqueda de determinar si un vehículo es Uber o no.