Mónica Liliana Rangel Martínez, ex-titular de la Secretaría de Salud de San Luis Potosí y actual candidata a la gubernatura por MORENA, compartió un boletín en el que se afirma que la Secretaría de Salud del Estado solventó las anomalías que le había detectado la Auditoría Superior de la Federación en el manejo de recursos federales entre el 2017 y el 2019.
La ASF pudo detectar que el gasto de más de 500 millones de pesos no habían sido aclarados por dicha dependencia, y a la fecha solamente han podido aclarar el 20% del total, dejando 470 millones de pesos aún en las penumbras.
Se sabe que, de esos 470 millones de pesos, mínimo 200 millones fueron a parar a las manos de Gabriel Alan Salazar Soto, quien es acusado de crear diversas empresas fantasma para poder obtener adjudicaciones directas.
Del los otros 270 millones de pesos, se puede asumir que se utilizaron para comprar insumos médicos a precios exorbitantes, para pagar servicios que la Secretaría jamás recibió y hasta hacer pagos extras por la ampliación del Hospital Central.
Queda demostrado que la candidata del partido del presidente de la república pretende confundir y engañar al pueblo potosino en un intento de lavarse las manos con tal de llegar a la silla grande estatal, y si llega, quién sabe de qué tantas cosas más será capaz…