OPINIÓN

La soga al cuello: Las cuatro letras

La vieja potencia de la muerte,en la cuál se simbolizaba el poder soberano, se halla ahora cuidadosamente recubierto por la administración de los cuerpos y la gestión calculadora de la vida. Michael Foucault.

 

Los informes ya fueron, primero el gobernador y después el alcalde de la capital vistieron sus mejores galas y presentaron cifras que abonan al discurso de eficiencia y honestidad que pretenden vender a los ciudadanos. Ricardo Gallardo Cardona y Enrique Galindo Ceballos se esforzaron por hacer de su obligación constitucional, una fiesta donde el culto a la personalidad fue la constante. Después de toda la parafernalia típica en estos casos, la prensa y los asistentes a los eventos se esmeraron por destacar lo más trascendente de cada cuál.

 

El equipo del gobernador eligieron una suerte de performance audio visual con coreografías y música sensiblera que logró conmover a la audiencia, algunas secuencias de video cuidadosamente editadas muestran el lado humano del jefe del ejecutivo, que igual abraza una anciana o estrecha la mano de un poderoso empresario. Gallardo Cardona parece siempre estar de festival, su gobierno se caracteriza por tener al jefe como el epicentro de toda acción política acertada o fallida. Gallardo es la única luz que brilla y nadie puede intentar opacarla sin sufrir las consecuencias de su atrevimiento.

 

En la pasarela estuvieron presentes personajes de la política nacional y de la farándula, de sobra es conocido que el gobernador disfruta de la compañía de artistas y en menor medida, deportistas, pero también, todo aquello que le pueda abonar a su popularidad. Obviamente su equipo de campaña, perdón, gabinete, muy atentos todos ahí presentes y ataviados con su mejor ajuar. Muy “ralito” el discurso, pero eficaz en la comunicación visual, el informe fue de imágenes y todos festejaron azotando sus manos como focas. Los diputados locales de oposición ya están entrenados en el sutil arte de la proskynesis.

 

Enrique Galindo Ceballos se dejó caer la mano, el informe fue toda una feria, stands para la prensa, proyección visual a pantalla completa, el teatro bicentenario, vino tinto a raudales, canapés y abrazos, chingos de abrazos para los que aguantaron las casi dos horas que el alcalde se esmeró por exponer de viva voz los logros de su administración. Que en términos prácticos se reducen a las pavimentaciones de algunas vialidades importantes de la ciudad y acordar estímulos para policías y demás monsergas normativas. Del presupuesto: lo que entró salió y lo que no, se gastó de pólvora el día del grito.

 

Su gabinete, por ahí disperso, priístas y panistas de medio pelo, algunos ex gobernadores. Teófilo Torres ya muy deteriorado de salud, Marcelo de los Santos (al menos aquí no lo abuchearon) y Horacio Sánchez Unzueta, el alcalde le hizo una mención especial por “sabrá Dios” qué cosa habrá hecho por él. El pobre Horacio ya no tiene la edad para esas emociones, pero no puede faltar en los grandes eventos. Y más, si por ahí puede ofrecer sus oficios de “consiglieri” siempre sabe venderse como la Sibila de Cumas.

 

Enrique Galindo demostró que a diferencia de otros políticos que no pueden ni leer un discurso, él puede hablar dos horas de forma elocuente y persistente, pero sostener la atención del público es otra cosa, igual y si le hubiera sido útil un grupo de baile de K-pop para amenizar los traslados de un corte de video a otro. El gobernador aguantó en primera fila pero porque estaba concentrado en su teléfono viendo cuantos likes habían caído en el último minuto en el hastag #PolloYoTeApollo . Al final, Enrique Galindo le hizo un reconocimiento a la    generosidad del gobernador Ricardo Gallardo y tomados de la mano prometieron que jamás, jamás, se pelearían.

 

Y así los ecos se quedaron muy lejanos, la reverberación de los panegiristas que redundan hasta el hastío sobre méritos a veces invisibles se mantuvieron por unos días. Y es que el ayuntamiento ha sido el mejor mecenas de la prensa digital y goza de su gratitud, el periodismo es una profesión de riesgo y a veces poco apreciada. Como dijo un visionario de la comunicación potosina, David Rangel Tapia “dandy”: ¿hay cariño o no hay cariño?.

 

Después del festejo, en plena resaca aparece el video de una brigada especial del Cártel de Jalisco Nueva Generación, puro cuatro letras en Mexquitic de Carmona, en plena plaza principal y afortunadamente sin que ningún policía municipal o estatal hubiera aparecido por el lugar. Posteriormente aparecen frente a un centro de desarrollo comunitario ya en la ciudad de San Luis Potosí, todos posando para la foto como un equipo de fútbol y el capitán disparando su arma para sellar la amenazas en contra de algunos integrantes del cártel local y mandos policiacos señalados como colaboradores del crimen organizado.

 

Fue nota nacional, la capacidad de fuego de los criminales expuestos en el video es indudable, el temor se ha ido apoderando de los ciudadanos y de los propietarios de antros, todos lo que tengan que ver con la vida nocturna o con la operación de negocios ilícitos están en riesgo porque al parecer la táctica de los grupos como el CJNG es: “primero disparar y luego averiguar”.

 

Desde su aparición en las redes sociales y en las calles de San Luis, tal parece que lo que dicen en el video la gente del “señor don Mencho” es verdad, el estado ya tiene dueño. Desde hace un par de días los incidentes violentos se han intensificado y no sólo en las colonias marginales, también en la zona rica de la ciudad, el convoy de diez vehículos es fácil de distinguir, porque a además de marchar en caravana van garabateados los vehículos con las siglas de su organización.

 

Al parecer no hay quien les quiera salir al “topón” y hasta el secretario de gobierno José Guadalupe Torres asegura que ellos están atentos aunque “no es su responsabilidad combatir a estos grupos”. Recuerdo que ese no era el discurso al inicio de la administración pero también hay que entenderlo, no es lo mismo jugar a la guerra con profesionales. Y eso que tenemos en la policía estatal un grupo Swat, que si la memoria no me falla fue constituido precisamente para este tipo de situaciones de crisis, al menos eso decía el boletín. La guerra no es un asunto menor, hay que conocer al enemigo y anticipar sus movimientos.

 

Recuerdo al ex diputado Edgardo Hernández Contreras en la pasada legislatura fustigar y señalar al comandante Pineda (ahora preso por corrupción) como un colaborador del crimen organizado. Hoy sabemos que sus alocuciones no fueron valoradas en su exacta dimensión pues, aunque pudiera parecer un exabrupto, llevaban implícito el manejo de información privilegiada y fueron tiros de precisión. ¿Cuántas vidas costó la indolencia y apatía del entonces gobernador Juan Manuel Carreras López? ¿O acaso el güero Carreras también estaba metido con la maña?

 

Justo cuando nadie levantaba la mano el diputado del antiguo partido verde señaló con nombre y apellido la corrupción institucional de las corporaciones policiacas estatales aún a costa de exponer su integridad física y la vida. El tipo no es un improvisado, ya fue delegado de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en San Luis Potosí y Zacatecas cuando la organización criminal de los ZETAS dominaban la zona allá por el rumbo del 2010.

 

Difícilmente se tomará en cuenta un perfil como el del abogado Edgardo Hernández Contreras en el gobierno estatal o en la delegación de la Fiscalía General de la República, nadie quiere correr el riesgo de meter un Fiscal de Hierro en un estado donde las redes de corrupción y complicidad, van desde los altos niveles de la política y el sector empresarial, hasta las barriadas y pasando por las corporaciones y los gremios que hacen funcionar la estructura económica. Podría funcionar, pero hace falta decisión.

 

Lo que se espera a partir de los próximos días es una intensificación de los sucesos violentos, habrá persecuciones y ejecuciones, y no es necesario contar con información privilegiada para saber qué basado en la experiencia de otros estados, cuando llega una célula delictiva con tal “capacidad de fuego”, no vienen de paseo y mucho menos a conocer los parajes turísticos.

 

Los cárteles comienzan a parecerse a los partidos políticos, primero ofrecen que vienen a limpiar las cosas y que no habrá abusos, después, cuando se apropian de un territorio, les nace la codicia y volvemos a empezar el círculo vicioso de esta ignominiosa realidad. Como diría un clásico, mejor “quédense en casa”.

 

@gandhiantipatro

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