OPINIÓN

La soga al cuello: La importancia de llamarse Ernesto

En este mundo solo hay dos tragedias: una, no conseguir lo que se necesita; otra, conseguirlo. Esta última es la verdadera tragedia. Óscar Wilde.

 

 

El alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos presentó un balance de los esfuerzos realizados hasta el momento para enfrentar la crisis hídrica que afecta la ciudad, el presidente municipal sabe que tiene un organismo prácticamente en quiebra por las bajas tarifas, y la morosidad de muchos beneficiarios del servicio. Además de las mafias que están enquistadas al interior del sistema. Desde las cuatro o cinco familias que a lo largo del tiempo constituyeron redes familiares de corrupción, hasta los gestores que hacen negocio agilizando la incompetencia forzada de las distintas áreas del INTERAPAS. Galindo pidió a la ciudadanía que paguen su recibo, que no se dejen contagiar por esa animosidad rabiosa que viene desde la trinchera política contigua y que quieren verlo fracasar de manera monumental.

 

Sin embargo, el alcalde está prácticamente perdido en esa batalla, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona se esmera en convencer a la opinión pública de su disposición para apoyar a los habitantes de la capital del estado. En su papel de redentor busca ganar adeptos, porque un mesías no es nada sin la adoración de su pueblo. La constantes fallas del acueducto que trae el agua desde la presa “el realito” han sumido al INTERAPAS en una vorágine de eventuales sucesos que podrían llevarlo a su extinción. El organismo se ha visto obligado desde el año pasado a contratar de manera extraordinaria el servicio de acarreo a las colonias que se ven afectadas por las constantes suspensiones del servicio por parte de la empresa que administra el acueducto del “realito”.

 

Solo por la renta de pipas el INTERAPAS está pagando seis millones de pesos en promedio mensual, y eso sin contar las pipas que ha contratado el ayuntamiento para apoyar al organismo de agua en la contingencia que aqueja la ciudad desde el año pasado y amenaza con agravarse. José Antonio Lugo Álvarez es desde marzo del presente año el nuevo director de INTERAPAS, oriundo del estado de Querétaro y pertenece a la legión extranjera que llegó con el ex director Enrique Torres que renunció de forma abrupta por una controversia con el gobernador Ricardo Gallardo a raíz de las divergencias por la propuesta de aumento a la tarifa. José Antonio Lugo se ocupaba del área jurídica y por decisión del alcalde capitalino se quedó como encargado del despacho y después como titular del organismo. Casi no se le conoce la voz y a ratos resulta tan intrascendente que hasta el policía que cuida la puerta del INTERAPAS le pregunta: ¿a quién busca?.

 

Justo en el centro de la controversia se encuentra Enrique Galindo Ceballos, él sabe lo mismo que sus adversarios, su futuro político depende de cómo salir avante de la crisis hídrica en uno de los años más calurosos de las últimas dos décadas. Las zancadillas estarán a la orden del día y desafortunadamente para él, está rodeado de una pequeña milicia con tufillo de incompetencia. El personaje es enjundioso, siempre anda de callejero inaugurando un puesto de tacos o la restauración de una jardinera en el patio de una escuela. Sus adversarios se ocupan de seguir sus pasos y avasallan con un ejército de promotores verdes repartiendo despensas y utilitarios promocionales de la gallardía. El alcalde se ha mostrado tolerante hasta extremos criticados, pero no le queda de otra, el estoicismo no es una de sus virtudes, algunos de sus más acérrimos enemigos lo destacan como un gallardista más, uno gratuito que se dejará vencer a cambio de impunidad.

 

El asunto del agua pudo haber sido el de la inseguridad o el de la polución, es una artificiosa forma del líder del gobernador para ver a todos los actores políticos de la entidad sometidos, es cierto que él lleva la pauta, pero la clave, la maraca y el güiro es otra cosa, llevar (y sostener) el ritmo es algo muy complicado. Como decía mi abuelo: “al son que me toquen bailo”. En el partido Acción Nacional hay una corriente que disputa el derecho de postular candidato propio fuera de las negociaciones de Marko Cortés. Si hay una alianza, seguramente en la entidad se repetirá la funesta alianza PAN – PRI – PRD… que ya no contará con el partido Conciencia Popular, eso ya está decidido.

 

A la cabeza de los inconformes se encuentra el ex candidato a gobernador Octavio Pedroza Gaitán, alguna vez un tipo agradable, hoy despide amargura en cada palabra, el infortunio de no haber sido invitado a co – gobernar con su antiguo jefe de policía le provoca prurito. Cada que alguien le recuerda a Octavio Pedroza que apoyó a ciegas la postulación y la candidatura de Enrique Galindo pasa un anciano y le da un zape en la nuca al ex senador. Y Galindo solo hace mutis, confía en que llegado el momento de la negociación, los agravios políticos puedan subsanarse, todo mundo tiene un precio y él ya puso su cifra en la mesa, quiere reelegirse como alcalde. Pareciera una osadía pero, ¿qué tiene que perder?

 

Solo falta ver si Pedroza Gaitán es capaz de aguantar la presión cuando suelten los perros de la fiscalía (sabuesos, quise decir sabuesos) para su hermano Daniel. El ex Secretario de Finanzas de Juan Manuel Carreras es de los pocos integrantes de la llamada “herencia maldita” que no ha sido molestado. Quizás alguien hizo un trato a cambio de salvar a la familia de pasar un momento incómodo, sin duda un gesto encomiable que quién sabe si sea reconocido como se espera. La política que ha venido practicando Pedroza Gaitán es la del avestruz que arroja la piedra y esconde la cabeza y la mano. Por otra parte toda la disidencia panista primero debe encontrar la forma de vencer al siempre afortunado diputado federal plurinominal Xavier Azuara Zuñiga. Otro que no haría gestos si la gallardía le propone un acuerdo de buena voluntad.

 

Los tiempos políticos están muy acelerados, la temprana postulación del quién será el candidato a la presidencia de la república por MORENA vendrá a trastocar los procesos internos de todos los partidos, y obligará a la oposición a reaccionar en consecuencia. En los estados se verán dos fenómenos casi olvidados, “la línea y la cargada”. Bonita época aquella de los años ochentas cuando todo mundo se peinaba con Aqua Net y la música era simple y las letras bobas, ahora el cincuenta por ciento de las rolas populares están dedicadas a un jefe narco y el resto son una alegoría de mochar cabezas, hacerse ricos transportando droga y vivir el momento. Sea usted feliz, a pesar de no estar en París.

 

@gandhiantipatro

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