OPINIÓN

La soga al cuello: Las comadres

El esclavo sólo tiene un dueño; el ambicioso, tantos como personas puedan ser útiles a su persona. Jean de la Bruyère.

 

Es que apenas se puede entender un país como el nuestro, todo se trata de hacer elecciones, recién tomaron protesta los alcaldes y diputados en San Luis Potosí, y ya están pensando en la reelección, o en buscar el siguiente escalón en la ruta de la ignominia. Los diputados locales buscarán ser alcaldes o diputados federales y algunos más, como Enrique Galindo Ceballos -que levantó la mano para suceder a Ricardo Gallardo Cardona- harán lo imposible por obtener la nominación de un partido que le aporte estructura, recursos económicos y socios políticos. Nadie puede decir que esos dos lo hayan hecho mal, quizás no han sido los socios más leales, pero conservar el poder y mantenerse en la cima tiene su chiste, aunque sea a base de artimañas y engatusar ilusos. La política mexicana no es así que “tú digas”, ¡qué bárbaro, qué gran discurso, que elocuencia, que presencia! y … que bien baila el señor, nombre, si a veces hasta uno como espectador se le antoja subirse a la tarima y agarrar el micrófono. La verdad, es que últimamente el respetable -público- tiene que tragarse semejantes bodrios que dan ganas de llorar y morirse de pena ajena. Ya nadie se preocupa por escribir un bonito discurso y pronunciarse en defensa de la patria en una fecha especial, ahora todo se trata de exaltar la miseria humana, el pésimo buen gusto y perrear hasta la náusea.

 

El gobernador por fin inauguró su coliseo, esa obra por la que será recordado a través del tiempo y las generaciones venideras podrán reconocer su visión, su carisma y tesón, nadie hablará de que participó en la justa charra y lo gallardo que se veía en su montura, con su caballo cara blanca, y las personalidades que asistieron, todos ellos finísimas personas. Para la historia quedarán las fotografías de cómo su gabinete se vistió a la usanza charra, muy ad hoc para la ocasión, desde el secretario de seguridad hasta el general de gobierno se calzaron botines y sombrero, las doñas, ellas muy bellas, con sus faldones hasta el tobillo -pá no errarle-, sus trenzas y moños de colores patrios, nomás les faltó bailar el payaso de rodeo para demostrar lo bien coordinados que están. Y la gente ni se diga, ya desde ahorita están haciendo cuentas de cuantos artistas les tocará ver, porque según el anuncio del jefe del ejecutivo, se van a cansar de ser felices de tanto artista que vendrá a San Luis Potosí, y gratis. Total que estuvo bien que el gobernador por fin pudiera ver consagrado su capricho, ahora sí podrá dedicar todo su empeño al mayor de los proyectos en beneficio del estado, convertir a su esposa en la próxima jefa del ejecutivo estatal, no es una tarea fácil, pero el personaje no es alguien que se amilana ante los grandes retos y además, el pueblo sabrá agradecer.

 

La senadora Ruth González Silva no tiene contrincante al interior del partido verde, y si las elecciones constitucionales fueran mañana, dudo mucho que alguien se acerque en popularidad y alianzas políticas, la mujer va en caballo de hacienda pero una sombra ominosa se cierne sobre su futuro, el anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de que presentará una iniciativa al congreso para que los familiares cercanos de un funcionario de elección popular, no puedan elegirse por el mismo principio y la misma demarcación territorial que el cónyuge o familiar en primer grado, puede parecer injusto o hasta discriminatorio pero estamos en México, aquí cuando el presidente de la república pregunta la hora, todos responden: las que usted diga jefe/jefa. Se dice mucho que la titular de la secretaría de gobernación Rosa Icela Rodríguez podría venir a contender por la gubernatura del estado en 2027, y uno diría, pues que pocas aspiraciones tiene la señora, si está en la antesala de la presidencia de la república, ¿quien querría regresar al rancho con tantos problemas de agua, gente mediocre, sin aspiraciones, funcionarios incompetentes y políticos indecentes? -ni que estuviera loca. Como dijera el escritor español Francisco Gómez de Quevedo y Villegas: lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más.

 

Por su parte Enrique Galindo Ceballos la tiene más complicada, en su partido, por azares del destino se quedó como administradora su vieja amiga Sara Rocha Medina, se conocen desde los años mozos de estudiantes universitarios, y aunque parecería que las cosas no podrían estar mejor para los dos, tal parece que les gusta complicarse la vida. A pesar de que el PRI va en franca decadencia y son una minúscula muestra del otrora partido dominante, les ajustó para meter dos legisladoras al congreso del estado, plurinominales claro está, porque los que fueron por la vía uninominal, el alcalde dejó a la deriva los que fueron siglados PRI en la coalición fuerza y corazón por México, no así los priistas que siglaron por el PRD en el distrito XIV y VI Ángel de la Vega y Gerardo Aldaco, esos si no anduvieron pasando hambre, aunque sí el objetivo era obtener la votación necesaria para conservar la franquicia del sol azteca, fracasaron rotundamente. Enrique Galindo afirma que le dió en la capital los votos a Sara Rocha para ser diputada de representación proporcional y ella asegura que sin su intervención, Enrique Galindo jamás habría conseguido la candidatura de la coalición a la capital del estado y por la misma razón, no habría accedido a los más de cien mil votos que le dió el partido acción nacional a cambio de migajas, y por los cuales llegó a la tan ansiada reelección, uno diría que ya están a mano pero Sara no es tonta, y sabe contar, y por lo mismo sabe que a ella le tocaron centavos, y a Enrique centenarios. Como dijera el escritor y político inglés Edmund Burke: bien sabido es que la ambición tanto puede volar como arrastrarse.

 

Y en el PAN las cosas se pusieron feas, eso son “mátalas callando”, parece que no rompen un plato pero son como el mismo diablo. Se le viene la noche a Verónica Rodríguez, la inminencia de la elección en la dirigencia estatal que ella preside, adelantó demasiado los tiempos políticos, no interesa tanto la elección de la dirigencia nacional, porque igual todos saben que va ganar Jorge Romero, pero a nivel estado, se va revolcar el agua en caso de que el grupo de Xavier Azuara recupere la presidencia del comité directivo estatal, porque se sabe que trae el apoyo económico de cierto personaje oriundo de Tanquián de Escobedo, que tiene mucho dinero y una camioneta Tesla, compadre de su hermano David, amigo de un Andrés de Tabasco que parece que no es, pero que sí es, premio Nobel de Química Cuántica, emprendedor por naturaleza, baila tango, presta a rédito, muy cariñoso pero no se deja, Dios conmigo, ¿quien contra mí?, nombre, si al vato nomás falta que sepa chaquira y canutillo. Total que a Verónica le interesa que la elección sea por consejo político estatal, porque ahí como que tiene mayoría, pero eso tendría que ser aprobado por los comités municipales panistas, cincuenta más uno para ser exactos pero hasta donde iba la cuenta el viernes pasado, ya iba ganando la opción de consultar al padrón de militantes, dicen que desde ahorita el voto de los consejeros políticos municipales se andaba cotizando entre dos, tres, cinco y hasta diez mil del águila. Ora si que quien fuera panista aunque me caigan tan gordos. Malas noticias para el alcalde capitalino, tendrá que apostarle a su yegua consentida porque si no, se queda sin partido. Dijera el dramaturgo inglés John Dryden: maldita ambición, ¡qué cara te compré!

 

@gandhiantipatro

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