OPINIÓN

La soga al cuello: La Reforma Extrajudicial

Por andar de disoluta, ya otra vez andás de pu… erca;

Retornaste a tu borlote, ya otra vez tienes tu pa… reja;

Si por tres, cuatro pesetas, te quitás las pan… tuflitas;

Cuando ves buenas propinas, tu solita hasta te invitas;

La Puerca. Chava Flores.

 

Y llegó la navidad, esa monserga que mantiene girando la rueda y sostiene al sistema capitalista mundial. Por lo menos las compras de la temporada son las más importantes del año y eso lo saben desde el miserable limosnero que busca una moneda en la puerta de una iglesia, hasta el potentado inversionista de alguna corporación internacional. Cada quien tiene su estrategia comercial y su nicho de mercado. Los políticos por su parte consumen mucho en épocas decembrinas, la gente espera que representantes vuelvan a refrendar el compromiso popular con bolsas de dulces y juguetes destinados a los hijos de votantes. El gobernador del estado, los alcaldes, diputados federales, locales, y hasta el más insignificante e inocuo regidor quieren una foto entregando alguna dádiva a un jodido, entre más pobre la colonia, mayor es el impacto de la pseudo noticia. Los políticos quisieran tener muchas cosas para repartir, porque así es como se crea el vínculo de codependencia emocional, eso que los operadores de elecciones llaman “estructura”, no es otra cosa más que un listado de líderes de colonia que a su vez realizan el pacto con otros ciudadanos de apoyar a determinado partido político, nada que no suceda en otra parte del mundo. La precariedad del sistema político mexicano permite esas prácticas antidemocráticas, incluso, las legitima.

 

Habiendo establecido claramente el cinismo y la falacia del votante mexicano promedio y el modelo democrático vigente, no es necesario esmerarse en contextualizar que nuestro sistema electoral es una entelequia y se sostiene sólo gracias a que a todos nos conviene conservar esa mentira. La verdad es que no somos una democracia y el pueblo no participa en lo más mínimo en la designación de los candidatos de ningún partido político, como tampoco participarán en la nominación de los aspirantes a jueces y ministros de la corte que se elegirán en 2025 como parte de la reforma constitucional recientemente aprobada y que pretende renovar de manera escalonada el sistema de justicia federal. Los aspirantes seleccionados por el comité que desde ahora ya está proyectando las listas de los afines a la cuarta transformación, estarán en una elección inédita y la mayoría serán políticos metidos a jueces, los hay desde los que fueron síndicos municipales hace diez años y desconocen la materia pero vamos, las lista de inscritos se hizo como cualquier lista de regidores plurinominales, prácticamente basta la cédula profesional y no estar muerto para estar en la boleta. Sin obviar claro, que un buen conecte en los altos niveles de la alta jerarquía “cuatroteísta” resuelve todo. Quienes aspiran a controlar la justicia en México no esperan que los aspirantes aprueben un examen de ceneval de nivel preparatoria, lo de menos será que cuando ya se encuentren electos, equiparlos de un par de proyectistas o secretarios de acuerdos desempleados para que redacten las sentencias.

 

Ya entrados en gastos al gobernador Ricardo Gallardo Cardona se le ocurrió que de una vez estaría bien renovar el poder judicial del estado, al fin que con su alianza legislativa con Morena le ajusta para las dos terceras partes de los integrantes del poder legislativo, más que suficiente para aprobar cualquier modificación a la constitución política del estado, desafortunadamente para la causa gallardista un incidente trágico alteró el orden de los factores. La ejecución del alcalde morenista del municipio de Tancanhuitz y la rápida intervención de la fiscalía general del estado que señaló como posibles responsables a operadores políticos de la misma filiación política enturbió el ambiente. Al parecer tanto el alcalde ejecutado y el regidor de mayoría señalado como posible responsable presumían cercanía con la líder estatal del partido y hermana de la titular de la Secretaría de Gobernación Rita Ozalia Rodríguez. La intencional falta de cortesía política del gobernador quien se apresuró a dar detalles de las indagatorias además de alterar el proceso de investigación, pretendía señalar el sendero con una clara alusión al círculo cercano de la líder de Morena. No tiene que ver una cosa con la otra, pero no se puede interpretar de otra forma que los diputados del partido guinda se mantuvieran al margen de la celeridad con que la fracción Verde – PT pretendían aprobar la reforma del supremo tribunal de justicia del estado de San Luis Potosí.

 

La inexperiencia y la incapacidad de los diputados morenistas exhibió aún más las divisiones dentro de la fracción integrada por seis imberbes legisladores. Al parecer no consideraron la opción de presentar una iniciativa que coincidiera con la propuesta aprobada en lo federal, sólo había que cortar y pegar y cambiar algunos nombres pero se les da más la “declaracionitis” crónica. Pero eso sí, se sintieron agraviados cuando el coordinador de la fracción panista Rubén Guajardo Barrera presentó oportunamente un símil de la reforma propuesta por Morena en otros estados. Oportunista (tal vez) Guajardo alcanzó a leer entre líneas, y desde noviembre sabía que la bancada “gallardista” no iba a desaprovechar la oportunidad de controlar el proceso de renovación del poder judicial del estado en la misma elección de 2025. Incluso que la iniciativa gallardista era ambiciosa y gandalla, magistrados de nueve años con posibilidad de reelección, comités seleccionadores de los aspirantes con facultades únicas integrados por ellos mismos, o sea, lo que haría cualquier animal político que no anda en la pendeja buscando un reportero para salir en las noticias por cualquier banalidad. También hay que trabajar de vez en cuando y Gallardo tiene fama de no ser muy condescendiente con sus lacayos.

 

Semejante enredo se armó en la semana, Rita Ozalia Rodríguez reunió a su manada, y les advirtió que no iban ir a ciegas con la propuesta del gobernador, al menos tres hicieron mutis, uno porque no le gusta meterse en problemas y su temor manifiesto a los verdes lo hace ser en extremo cuauto. Al final no asistió a la sesión, que en cierta forma es como una abstención -no se mete en pedos y no corre el riesgo de ensuciarse el pantalón. De los cinco que quedaban uno ya tiene convenio de colaboración desde hace tres años y se refrenda cada año, tiene años entre la espada y la pared. Ya se había gastado el pretexto de la muerte del abuelo y la justificación de alguna enfermedad que le impidiera asistir a la sesión -covid y dengue ya los había usado recientemente. De los cuatro que quedaban no podía faltar el de la mala suerte, tanto andar rogando para que le hicieran una oferta y entrar en el selecto grupo de los que tienen derecho de picaporte en la secretaría de gobierno. En la vida los hay de los que sueñan con lanzarse a la fama y el día que se empinan/perdón, animan, lo hacen con bombo y platillo, hasta lo presumen, al día siguiente se pasean con su padrote por el eje vial/perdón, la avenida principal -del brazo y por la calle. Los otros tres, el capitán del equipo que nadie “pela” y las dos mujeres se mantuvieron firmes a la instrucción de la jefa. La valentía que da la ignorancia.

 

Héctor Serrano que no deja de ser un hombre pragmático resolvió el entuerto en tres llamadas antes del desayuno. La fracción panista de cuatro integrantes que comanda Rubén Guajardo y hasta el diputado de Movimiento Ciudadano Marco Gama le ajustaron la mayoría calificada al ejecutor del gobernador. El tipo no sabe de pretextos, solo de resultados, además, le urgía largarse a la capital del país para pasar los festejos. En la secretaría de gobernación no se sintió muy grato el desacato, quizás fue un exceso, pero bien decían en mis tiempos que era preferible disculparse que andar pidiendo permiso. Y todo habría salido perfecto, de no ser por un par de comas que omitieron los escribanos, algunas de forma, otras de fondo. Aparentemente ese resquicio de dignidad se lo deben los morenos a la atingencia y perseverancia de la diputada Jessica Gabriela López Torres quien realizó las anotaciones e insistió en el error. En sesión extraordinaria de 22 de diciembre -ahora sí- se aprobó por 25 votos la reforma judicial del estado de San Luis Potosí. Con dispensa de lectura y no exento el debate de algún escarceo verbal entre algunos diputados que hablaron todos a favor y sólo se disputaban el crédito de haber aportado algo al bodrio. Insigne distinción la de casquivanas y camanduleras que se disputan el deleznable honor de ser la meretriz más nueva y popular del burdel.

 

Que lastimero es el patético honor de ser el cortesano que repite hasta el hartazgo el discurso que les heredó el prócer del movimiento. Incapaz de proveer al ideario colectivo de nuevas frases para no tener que mascullar cada que suben a una tribuna en su papel bufonesco las coplas: “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”. Un portento de zalamería, su dislalia le impide ver el crisol de su pedantería, alguien debería advertirle cuando regurgita fuera del recipiente sus dicterios insulsos y anodinos. A pesar de su jactanciosa verborrea debería saber que el pueblo lo único que quiere es que se callen y ya se repartan las colaciones, los tamales y el atole champurrado.

 

@gandhiantipatro

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