Presentarán Réquiem de Mozart en la Catedral Metropolitana de San Luis Potosí
* Este jueves 21 de marzo a las 20:00 horas; entrada libre. Participarán el Ensamble Vocal Virtus, la Orquesta Sinfónica Juvenil Julián Carrillo, el Coro de la EEDIM Julián Carrillo, y el Coro de Cámara del Instituto Cultural de León.
Como parte del programa cultural y artístico de Semana Santa preparado por el Ayuntamiento de San Luis Potosí, el próximo jueves 21 de marzo a las 20:00 horas en la Iglesia Catedral, se presentará Réquiem, de Wolfgang Amadeus Mozart; el acceso es libre para todo el público.
Participarán el Ensamble Vocal Virtus; la Orquesta Sinfónica Juvenil Julián Carrillo, bajo la dirección de Julio de Santiago Castillo; el Coro de la EEDIM Julián Carrillo, bajo la dirección de Luis Gabriel Salazar Soto, y el Coro de Cámara del Instituto Cultural de León, bajo la dirección de Moisés Mata Piña, acompañados por los solistas Gilda Bernal (soprano), Cristina Velázquez Torres (contralto), Jaime Francisco Torres García (tenor), y Daniel Noyola, (bajo barítono).
Réquiem en Re menor – K 626, es una obra de Wolfgang Amadeus Mozart basada en los textos latinos para el Réquiem, es decir, el acto litúrgico católico celebrado tras el fallecimiento de una persona; se trata de la decimonovena y última misa escrita por este compositor, quien murió precisamente antes de terminarla, en 1791.
Días antes, un desconocido se presentó en la casa de Mozart vestido de negro, quién se negó a identificarse, y encargó a Mozart la composición de un réquiem. Le dio un adelanto y quedaron en que regresaría en un mes; sin embargo Mozart fue llamado desde Praga para escribir la ópera La clemencia de Tito, para festejar la coronación de Leopoldo II. Aquel sombrío personaje que encargó la composición era un enviado del conde Franz von Walsegg, músico aficionado cuya esposa había fallecido; el viudo deseaba que Mozart compusiese la misa de réquiem para los funerales de su mujer, pero quería hacer creer a los demás que la obra era suya y por eso permanecía en el anonimato.
Según los historiadores, Mozart estaba obsesionado con la idea de la muerte, desde que ocirrió la de su padre; debilitado por la fatiga y la enfermedad, muy sensible a lo sobrenatural por su vinculación con la francmasonería, e impresionado por el aspecto del enviado, terminó por creer que éste era un mensajero del destino y que el réquiem que iba a componer sería para su propio funeral.
Al morir, Mozart consiguió terminar tan solo tres secciones con el coro y órgano completo: Introitus, Kyrie y Dies Irae; del resto de la secuencia dejó las partes instrumentales, el coro, voces solistas, y el cifrado del bajo y órgano quedaron incompletos. Aunque en un principio la viuda de Mozart, Constanze Weber, pidió al músico de la Corte Joseph Leopold Eybler, terminar el Réquiem, fue su discípulo Franz Xaver Süssmayer quien lo acabó.
Una de las principales influencias de esta obra puede hallarse en el Réquiem de Michael Haydn, el cual fue compuesto en el año 1771 para la muerte de S.C. Schrattenbach, arzobispo de Salzburgo.
Aunque al parecer se interpretaron extractos del Réquiem en una misa en memoria de Mozart celebrada el 10 de diciembre de 1791, el estreno de la obra completa se produjo en Viena el 2 de enero de 1793, en un concierto en beneficio de la viuda del músico austríaco.
El Réquiem de Mozart fue interpretado nuevamente el 14 de diciembre de 1793, durante la misa que conmemoraba la muerte de la esposa del conde Walsegg y bajo la dirección del propio conde.