La soga al cuello: La hermana
No es difícil tener éxito, lo difícil es merecerlo. Albert Camus.
Se llevó a cabo la elección de la dirigencia estatal de Morena en San Luis Potosí, sin tanto aspaviento, la nueva líder, Rita Ozalia Rodríguez Velázquez. Quizás su nombre no diga mucho, sus antecedentes se remiten a ciertas actividades muy específicas en la pasada elección de gobernador con Mónica Liliana Rangel como candidata, la defenestrada ex secretaria de Salud estatal que posterior a la elección estuvo recluida en el penal de La Pila, acusada de corrupción y que obtuvo recientemente su libertad después de pagar por ella, y depositar una fianza.
Quién sabe si habrá sido benéfico o perjudicial que en su primera incursión en la grilla potosina doña Rita se haya relacionado con una profesional como la doctora Mónica Liliana, en cualquiera de los ámbitos, podría darle clases a cualquier grupo de facinerosos o ladrones de cuello blanco.
Si la mujer no fue gobernadora, es porque siempre estuvo bajo condiciones adversas y su principal socio, el gobernador Juan Maniel Carreras resultó tan grillo que terminó con la madeja toda enredada de tan infalible que se sentía para eso de la intriga.
Sin embargo, Rita Ozalia debe ser una mujer con suerte, justo cuando su hermana Rosa Icela Rodríguez Velázquez fue nombrada por el titular del ejecutivo Andrés Manuel López Óbrador para ser la “comandanta” en jefe de las fuerzas policiales en el país, le aparecieron muchos amigos y amigas.
¿Y quién no quiere ser amigo de Rita Ozalia?, digo, puede ser que la señora aún no tenga poder, pero tiene el teléfono de quien sí, y seguro le contestan los whats, no la dejan en visto como a uno, que hasta lo leen en vista previa para hacer menos penosa la ofensa.
En cierta forma, la ahora dirigente estatal no se siente utilizada, en su muy limitada comprensión de la grilla potosina, sabe que ser popular, es mejor que temida o amada, como seguramente habría dicho Nicolás Maquiavelo si le hubiera tocado vivir en esta época.
Como sea, la poderosa hermana de la nueva líder estatal de Morena está en el top ten de los hombres, mujeres y quimeras más influyentes del país, hasta en las encuestas para sustituir a Claudia Sheinbaum como gobernadora de la Ciudad de México la traen bien colocada, Rosa Icela es además, integrante del círculo social de la esposa del presidente, y es sabido que ahí, es donde se toman muchas decisiones. Malas noticias para los que hacen política aldeana en San Luis, por mucho apoyo popular que tengan, difícilmente se pueden superar las “querencias”.
A Rita Ozalia la acompañan Guillermo Morales como secretario general, Mario Godoy (otro hermano) como secretario de organización, y Carlos Arreola Mallof como secretario técnico del consejo político estatal, todos incluidos en la marcación rápida del teléfono de Gabino Morales, titular de la Secretaría del Bienestar en San Luis Potosí.
La presidenta del comité directivo estatal de Morena anda pastoreando un rebaño que no es de ella, aunque se lo prestaron para que haga caravanas. De los setenta delegados electos que integran el consejo político estatal, Gabino Morales debe controlar el ochenta por ciento.
El resto son algunos delegados operados de forma tardía por actores políticos del partido verde y se quedaron a medias, o sea, si son representantes electos, pero ajustaron para un par de posiciones en la nueva dirigencia. La secretaria de baños y la coordinación del cotilleo institucional según se dio a conocer.
Quien haya sido el operador de esa estratagema seguro debe estar arrepentido de la mala operación y el dinero desperdiciado “a lo tarugo”. Podría decirse que es la primera pifia de un grupo de operadores que desde la pasada elección de gobernador, no perdían una elección ni de junta vecinal.
Al final, es la primera vez que Gabino Morales habría hecho efectivo el inmenso poder de los programas sociales del presidente Andrés, hasta ahora, los siervos de la nación eran simples mensajeros, si se aplican poquito, puede que aprendan lo que es la cuarta transformación, porque seamos más precisos, fuera de lo que se dice en el discurso institucional, ni el presidente quiere que no se haga un uso clientelar de los programas sociales, lo que espera es que lo hagan bien.
Rita Ozalia tiene un gran reto por delante, convertir ese membrete en un partido político vivo, no sólo en el reducto de un pequeño grupo de antagonistas, idealistas y fanáticos de la izquierda mesurada y testimonial. El legado que deja Sergio Serrano es una lista de acreedores con cuentas por pagar y un terrible desasosiego. Es increíble que no haya sido capaz de administrar una bancada de nueve diputados en la legislatura anterior.
Hoy Morena solo tiene tres representantes en el congreso del estado y al menos dos son colaboradores oficiosos del partido verde. Si de por sí, todo el poder legislativo parece la bancada del “gallardismo”, sin importar su filiación política o ideología, todos están sometidos y agazapados. Las iniciativas son de trámite y el debate está vetado en tribuna, no lo vayan a malinterpretar allá en palacio los gestores de simpatías.
Quizás lo desafortunado (para el partido verde) de la elección de la líder local de Morena es que pueda complicarse la negociación de espacios y territorios previo a la elección presidencial del 2024. Se da por sentado que la alianza Morena – Partido del Trabajo – Partido Verde será completa hasta para el Senado. No sea que en cosa de un año le vaya salir lo ambiciosa a la amiga Rita, suele pasar con la personas a las que las cosas se les dan fácilmente, se vuelven malagradecidas y codiciosas.