La soga al cuello: Cuando el río suena
El agua y la tierra, los dos fluidos esenciales de los que depende la vida, se han convertido en latas globales de basura. Jacques-Yves Cousteau.
La ciudad de San Luis Potosí está herida de muerte, pocos lo saben y han decidido sacar el mayor provecho de la situación, es más lucrativo y menos costoso que intentar salvarla. El agua se está acabando. La sobreexplotación del acuífero provocará en los próximos años un grave deterioro de la salud de los habitantes de la capital del estado. Las inversiones inmobiliarias se harán polvo, no importa lo sobrevalorado que está ahora el mercado. La industria que trajo una tardía prosperidad económica a la región, desaparecerá dejando graves problemas ecológicos y pueblos fantasmas.
Así que si usted amable lector está pensando en hacer una inversión a largo plazo adquiriendo una vivienda con un crédito a 10, 20, 25 o 30 años posiblemente le resulte menos riesgoso comprar bitcoin o bolívares. Conozco a los potosinos, incrédulos, atorrantes, presumidos, pero sobre todo, ignorantes. Incluso se podría decir que van más allá del límite, en la mayoría de las ocasiones es por voluntad propia. No quieren saber, porque es preferible no comprometerse a nada y dejar que una lanzada de dados decida el destino.
Como muestra, basta un botón, esta semana hubo un rechazo unánime a la pretensión del organismo de agua potable que busca un aumento a la tarifa doméstica, se dijo que entre un cuarto o un tercio sería el aumento. Se abrió la temporada de caza de patos. Ningún político se atrevió a manifestar una postura intermedia, alguien con un mínimo de dignidad y cordura. Ni siquiera el alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos se expuso a la rechifla, de por sí ya lo habían vapuleado por la propuesta de aumento a los valores catastrales y las licencias de construcción.
Hasta el gobernador Ricardo Gallardo Cardona se unió al clamor popular, hizo el anuncio de la construcción de un centro de espectáculos de 290 millones de pesos en los terrenos de la feria, pero manifestó su rechazo al aumento a la tarifa del agua. “Primero lo primero”, uno elige a los gobernantes porque tienen la cualidad de priorizar cuales son las necesidades primordiales de la gente. Y puede ser que usted o yo no consideremos pertinente construir otro centro de espectáculos para escuchar al Julión cantar pero, el potosino promedio es mitotero.
San Luis Potosí es de esas ciudades que viven sólo del acuífero, el agua de las presas solo resuelve un diez o quince por ciento de la demanda, incluida la que llega de vez en cuando por el acueducto de la presa “el realito”. Las malas decisiones cuestan y el irresoluble enredo legal del contrato forzado que hizo la comisión estatal del agua y le “endilgó” al INTERAPAS lo tiene maniatado, debe pagar agua muy cara que cobra a un precio menor. En las incontables fallas del acueducto y la irresponsable negligencia de la empresa responsable del sistema. El organismo operador debe hacer frente a la crisis contratando un ejército de pipas para satisfacer medianamente el abasto a la población.
Los potosinos se han acostumbrado a padecer las graves deficiencias del organismo operador de agua potable y bajo la justificación de que mientras sean incompetentes las autoridades responsables, no merecen un aumento y en el caso de los habitantes del conurbado municipio de Soledad de Graciano Sánchez, ni siquiera el pago correspondiente. Ahí existe la cultura de acumular adeudos hasta que algún político infame llega al poder y promueve el ya famoso “borrón y cuenta nueva”. La gente puede gastar sin menor recato diez veces más de lo que paga al mes por tener agua en una borrachera de fin de semana. El círculo vicioso de la ignominia.
El agua que llega a los hogares está contaminada, es lo que se le da en llamar “agua fósil” por la profundidad de donde se extrae, las altas concentraciones de flúor dan constancia de la sobreexplotación, más abajo, en algún punto indeterminado vamos a encontrará arsénico. No soy fatalista, simplemente realista y los geólogos, los políticos y sobre todo los desarrolladores de complejos inmobiliarios que se han enriquecido con las factibilidades que otorga el organismo operador, lo saben. El día que está burbuja reviente habrá mucha gente lamentándose y preguntándose : ¿porque nadie hizo nada?
La verdad es que el tema del agua en San Luis Potosí amerita tratarse con seriedad, se debe racionar el consumo, dotar a cada casa de una fuente de abastecimiento de reserva, sectorizar la ciudad y dotar de tanques elevados a cada uno para reducir los costos de operación, sustituir prácticamente la totalidad de las redes de agua potable y drenaje de la ciudad, y ejercer controles específicos y muy estrictos con respecto de los funcionarios encargados de administrar la crisis. La tarifa de uso doméstico debería sufrir una drástica alza de al menos cien por ciento, pero vigilar que se invierta en proyectos a largo plazo.
El titular del INTERAPAS Enrique Torres López es un personaje controvertido, guanajuatense, alguna vez titular del gigantesco sistema de la ciudad de León, con su problemática muy particular. No ha sido capaz de controlar a las mafias dentro del organismo y se encuentra maniatado por los intereses empresariales y políticos de la entidad. Constantemente se debe enfrentar al sabotaje y la abulia del personal sindicalizado controlado por el líder Guadalupe Valencia quien también obtiene su tajada de algunos negocios como el de los piperos que surten servicios particulares.
El reto es mayúsculo y difícilmente el alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos podrá hacer frente al problema sin dar un manotazo en la mesa, nadie quiere ser el malo de la historia y menos si es un político buscando mantenerse vigente. Será mejor postergar las decisiones y dejar el paquete para el siguiente gobierno municipal, y así sucesivamente hasta que el destino nos alcance.
Por su parte el gobernador Ricardo Gallardo Cardona podría hacer mucho por la ciudad pero le falta información, quizás necesita escuchar las voces adecuadas, es posible que la ciudad necesite remozar los barrios, y los parques tangamanga, incluso, también un nuevo centro de espectáculos pero, ¿qué será de todos esos proyectos faraónicos cuando la ciudad se muera de sed?
Los potosinos deben comenzar a valorar con seriedad lo que representa el sistema de agua de la ciudad antes de que sea muy tarde, debemos hacer un uso responsable del vital líquido y ser partícipes de la solución, crear conciencia y una nueva cultura del agua que sea ejemplo en el país y el mundo. Ese es el reto, todo sea por la supervivencia.