OPINIÓN

La soga al cuello: Mariana la vice

“Nosotros seguiremos tocando la puerta, vaya, hasta derribarla o quemarla…”

Mariana López Ponce. Vicepresidenta de la FUP en alusión al rector Alejandro Zermeño Guerra.

 

La voz de los universitarios se hizo escuchar en la toma de protesta de la recién electa federación universitaria potosina (RUPE. Una voz inexperta, quebradiza, pero que logró sobreponerse al pánico escénico para advertirle al rector, que sus colaboradores y él mismo, no son todopoderosos, ni muchos menos omnipotentes. Claro que hubo “ninguneos”, juicios de valor a priori, pero ningún argumento podría ir en contra de que alguien tenga una opinión y la exprese a su manera, mucho más si lleva a cuestas el compromiso con algunos miles de estudiantes que votaron en su favor.

 

Fue una ceremonia pitera, con un signo de cierto desprecio por parte de la rectoría para con la comunidad estudiantil, se reunieron alrededor de la fuente del patio central del edificio que alguna vez albergó el instituto científico y literario de San Luis Potosí. Bajo el “perro solazo” se congregaron los estudiantes universitarios, líderes y demás militantes de los no reconocidos grupos estudiantiles. Viejos resabios del “porrismo”, ahora solo quedan para el anecdotario las historias de las luchas de poder en la UASLP y un demonio que aún pareciera existir en los ecos de los rincones del vetusto inmueble. También estaban los patrocinadores, algunos de ellos funcionarios designados o electos que pertenecen al partido verde. Fueron a mearle las esquinas al rector Alejandro Javier Zermeño Guerra. “Ya estamos aquí y la UASLP pronto será gallardista” -parecieran gritar con sus risas burlonas.

 

Miroslava Giselle González Sánchez y Mariana López Ponce tomaron protesta como presidenta y vicepresidenta de la FUP, además de ellas, la secretaria general electa también habló, Camila Romo León. Las tres con un discurso feminista, inclusivo y optimista, pero solo la vicepresidenta fue capaz de hacer las caras largas y sudar algunos esfínteres, acusó al secretario general de la UASLP de “ningunearla” junto con un gestor de simpatías y para mayor seña gato de angora del rector, un personajillo de ayudantía de nombre Jorge Mascareñas, alias “buchi” que proviene de la época cuando Mario García Valdez se despachaba con la cuchara grande. Buchi era el ujier pero en ese entonces era un lacayo de la todopoderosa jefa de la oficina del rector, su secretaria particular Pilar Delgadillo. Nunca tomó decisiones, obedecía a su jefa al detalle, solo es una rémora más buscando vivir eternamente a costa de un pez más grande.

 

Las razones que Mariana esgrimió podrán ser diversas, o incluso exageradas, pero el momento mágico en que mencionó al secretario general y al lacayo de marras, no tiene precio, no olvidemos que desde hace varias décadas los universitarios son sumisos y muy tolerantes al abusivo trato de maestros y directivos. Su única válvula de escape es el jolgorio y las elecciones de cada dos años donde compiten por migajas de privilegios que escurren del plato del rector. Y para que el rector no tenga que batallar con los estudiantes, para eso está el secretario general Federico Garza alias “el pirrurris”. El defenestrado fiscal general del estado que no aguantó la presión gallardista y a pesar de ser autónomo el fiscal terminó por renunciar, y eso que su cargo concluía hasta después de las elecciones del 2024. Pelele y botarate, así es el petimetre.

El “buchi” (bicho) Mascareñas es una subespecie dentro de la estructura burocrática universitaria, desde tiempos inmemoriales los lacayos fueron colocados en posición de relevancia porque representan simple y llanamente la voz del rector, son una extensión física de su poder, “el que lleva el mensaje, es como si fuera yo”. Incluso, los maganza como Alejandro Zermeño que no se atreven a dar la cara, utilizan a esas personillas de utilería para decir lo que no son capaces ellos mismos por cobardía. Mariana le mencionó al rector algo que muchos hubieran querido decir hace tiempo, pero no se atreven, le recordó al rector que no es un virrey, es un empleado que debe rendir cuentas por su comportamiento, por el manejo de los dineros y por los actos y omisiones de sus subordinados.

 

A la presidenta de la federación le hizo falta un gesto de sororidad para con su compañera de fórmula que había hecho una denuncia pública minutos antes, pero se entiende que le ganó el nerviosismo, además, el que toma las decisiones y principal financiador de la división universitaria del “gallardismo” estaba muy lejos para hacer una señal chiquita. El titular del instituto potosino del deporte Joaquín García Martínez aún así no se quedó con las ganas de ir al evento a pastorear su manada. Un poco de ego iluso y la necesidad de reconocimiento público lo hicieron salirse de su centro de trabajo para atestiguar su obra. Y eso que según el gobernador Ricardo Gallardo Cardona eso está muy penado y poco tolerado.

 

El grupo estudiantil ALFA de donde emerge Mariana tiene presencia en casi todas las facultades de la UASLP y al parecer su agenda no es la de las típicas representaciones estudiantiles. El presidente de la FUP se lleva toda la gloria, los vales de comida, los carros, los viajes y la foto en las inauguraciones. Los vicepresidentes de la federación siempre ha sido una molesta alianza que necesariamente debes hacer para ganar, pero cuando se llega al poder se vuelven  una maldita monserga. El punto está en si los ALFA, ahora que demostraron que pueden hacer correr al rector y a sus vasallos como ratones asustados buscando la seguridad de la madriguera, van a desperdiciar ese poder gestionando becas y viajes al festival cervantino. Porque históricamente con eso se amansan las bestias, con dádivas y comodidad. Así decía mi abuela: “ablanda más el dinero que el cebo”.

 

Como diría el clásico: el poder está en el pueblo. Y hasta ahí la voy a dejar. Si no les toca participar de víctimas en alguna balacera, aquí me buscan la próxima semana estimados lectores.

 

@gandhiantipatro

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