
El grado del mal trato hacia los alumnos es tal que incluso algunos han roto en el llanto debido a la presión a la que son sometidos por la Directora, pues públicamente los evidencia sobre la falta de pagos de colegiatura y los humilla, incomodando a sus otros compañeros.
La presión contra padres de familia se traduces cobros excesivos de recargos cuando se adeuda una colegiatura y incluso los alumnos que cumplen consideran abusivos.
El mal trato también se extiende a los trabajadores de la universidad quienes temen hacerla enojara la Directora y constantemente les trata con prepotencia y ofensas.
La comunidad de la Universidad San Pablo ha buscado realizar una relatoría de hechos para denunciar los mismos ante la Secretaría de Educación Pública y la Comisión de Derechos Humanos, pero los alumnos temen que con esto no se solucione nada y por el contrario se tomen represalias contra quienes denuncien.





