El director de cine Alejandro González Iñárritu regresa a México a grabar su nueva película [con el título tentativo de «Limbo»] después de haberse ausentado profesionalmente del país durante 15 años, siendo su último rodaje en Tijuana durante el 2006 para la película «Babel».
Esta nueva entrega tenía contemplada comenzar con las grabaciones en abril del año pasado, pero —como muchas otras cosas— se tuvo que posponer gracias a la cuarentena causada por la contingencia sanitaria. Afortunadamente, la producción se pudo reanudar a principios de marzo de este año en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y actualmente se está trasladando a una comunidad de San Luis Potosí (la cual aún no se ha anunciado oficialmente), iniciando su filmación algún día de este mismo mes.
A pesar de que todo el territorio nacional sigue en contingencia, se han podido llevar a cabo las labores para este largometraje formando equipos de hasta 30 personas para cumplir con los objetivos de la mejor manera posible; esto es sumamente importante, ya que se han contratado a un gran número de profesionales mexicanos para recrear paisajes y montar escenografías que recuerdan a los años 80 y 90. Además, se tiene confirmado que aquí en San Luis Potosí (por ejemplo) se contrataron a más de 300 extras de cine, por lo que se tienen que tomar en cuenta las medidas de salubridad preventivas recomendadas por las autoridades y organismos competentes.
Vale la pena mencionar que todo esto está beneficiando económicamente al país en general y a las localidades en particular, pues se está reactivando una industria que necesita de una cantidad considerable de productos y servicios, tanto directos como indirectos.
