OPINIÓN

La soga al cuello: Estas miserias que ves

Los zorros usan muchos trucos. Los erizos solo uno. Pero es el mejor de todos. Erasmo de Rotterdam.

 

Hoy es el debate presidencial, pero la atención de los mexicanos está puesta sobre el influencer fofo Márquez quien fue detenido y sujeto a proceso por haber golpeado a una mujer que acarició el espejo de su vehículo, y la posible guerra con Ecuador después de que violentaron la embajada de México en Quito y pusieron de rodillas (literalmente) a nuestro embajador. El influencer va a salir a la brevedad, en cuanto ofrezca pagar una nariz nueva a la señora y una compensación económica por el daño moral y psicológico, el vato tiene dinero, no le veo problema. Seamos honestos, el tipo está detenido porque la agresión se grabó en video y se divulgó en todos los noticieros del país. Pero tiene dinero y eso es lo único que se necesita en este país para salir impune de cualquier situación compleja. Según el derecho penal mexicano, todo acusado debe ser considerado inocente hasta que pueda pagar su inocencia.

 

Tampoco vamos a ir a la guerra porque el ejército mexicano ya no sabe lo que es eso, ahora construyen carreteras, administran aduanas y preparan el omelette del presidente todas las mañanas, pero quien sabe si se acuerdan cómo usar un rifle y además, Ecuador está muy lejos. Es más fácil que los cárteles mexicanos manden más efectivos para apoyar a sus células criminales que tienen operando en ese país, porque también hay que decirlo, los cárteles mexicanos son un problema de seguridad nacional en ese lugar olvidado del mundo. Les llevamos el dolor y la muerte que nosotros padecemos. Del debate no esperamos nada, tal vez algunas menciones sutiles, insinuantes, perniciosas, las dos candidatas tienen cola que les pisen, han manejado recursos públicos y por ahí seguramente alguien se benefició de contratos o decisiones políticas. No habrá un “cállate chachalaca” y tampoco un “hoy, hoy, hoy”, la candidata oficial persistirá en su empeño de imitar el acento tabasqueño y la candidata opositora tal vez vuelva a mencionar que fue a palacio nacional y no le abrieron la puerta. Puras payasadas.

 

Aquí en San Luis Potosí si acaso habrá debate para la alcaldía de la capital del estado, aunque sabemos que igual no están obligados a ir. Enrique Galindo Ceballos está convencido de que ganó hace tres años porque no se expuso al golpeteo político. Ya lo estaban esperando Xavier Nava y Leonel Serrato con sus carteles de “Tanhuato no se olvida”. Estaría bueno hacer obligatoria la concurrencia a los debates y organizar por lo menos uno por cada municipio, ya me imagino las joyas que saldrían para redes sociales, por ejemplo, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez con Juan Carlos Velázquez, Juan Manuel Navarro, Jorge Arreola Sánchez y el “profe” Juan Gaitán Infante. O en Ciudad Valles con el alcalde David Medina y José Luis Romer Calzada alias “tecmol”. Uno busca la reelección y el otro es un payaso de circo millonario metido a político. Uno va que vuela para el reclusorio y el otro para ser alcalde huasteco y después, gobernador del estado -respectivamente.

 

En Rioverde casi nada, esas perras ganas de complicarse la existencia. La lideresa panista Verónica Rodríguez por medio de su títere Enrique Dahud metió la mano para favorecer a José Antonio Castillo Govea alias “el guty”, y a todos les complicó la existencia, quién sabe cuál sea su prioridad, si ser senadora o quedar bien con el dueño de la franquicia del partido verde. Derivado de la falta de operación política y la imposición de un candidato impopular, el partido Acción Nacional le obsequió a Movimiento Ciudadano un candidato competitivo, Leobardo Guerrero que busca disputarle la alcaldía al ex priísta Arnulfo Urbiola ahora disfrazado de polluelo verde. Que cosa más desagradable que los políticos de ahora se cambian de camiseta con una facilidad, que hasta asquito da verlos. Todo se trata de conveniencia y mercantilismo. La coalición corre el riesgo de irse al tercer lugar, cuando tuvo la oportunidad del carro completo y todo por la incompetencia y estupidez de quien tomó las decisiones.

 

Enrique Galindo ha manifestado que no pedirá licencia a la alcaldía capitalina para hacer campaña en pos de la reelección, muy su pedo diría mi tío Jacinto. Y ustedes dirán : ¿acaso eso no lo prohíbe la ley electoral?

Y no solo eso, hasta la constitución política del estado señala que todo servidor público deberá separarse del cargo por razones obvias, pero resulta que hace algunos años el abogado Alejandro Colunga en su condición de representante del partido Acción Nacional ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana presentó un juicio para la protección de los derechos político electorales del ciudadano ante la segunda circunscripción del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

 

En su recurso, el abogado especializado en materia electoral alegó que los alcaldes de Ébano y Alaquines, Crispín Ordaz Trujillo y Maria Leónides Secaida López quienes buscaban la reelección no debían separarse del cargo noventa días antes del día de la elección, la razón porque si precisamente al aprobarse la posibilidad de reelegirse en el periodo inmediato siguiente por los legisladores, implica un vínculo con el ciudadano y una evaluación de su desempeño en el cargo, y si así lo considera necesario concederle la ratificación por la vía del ejercicio democrático del voto. El tribunal le dio la razón y ordenó a la autoridad electoral unos nuevos lineamientos para permitir que los integrantes de los ayuntamientos que buscan la reelección no deban separarse del cargo en el periodo de la campaña. En cierta forma Enrique Galindo le debe una lana al abogado que le abrió brecha, ahora si que nadie sabe para quién trabaja y como dice el refrán : “unos corretean la liebre y otros la alcanzan”.

 

Ahora bien, puede que sea legal, pero quién sabe qué tan legítimo y moral sea ser alcalde de ocho a tres de la tarde y candidato toda la tarde – noche y hasta la madrugada. ¿Un alcalde deja de serlo porque lo dice un acuerdo administrativo de la autoridad electoral?, ¿cómo podría cerciorarse el árbitro que el funcionario no dará órdenes o utilizará recursos humanos y materiales (o económicos) para promover su imagen como candidato?, ¿es ético?, ¿es algo inteligente?, en lo particular creo que no es lo más conveniente para un presidente municipal en las condiciones de Enrique Galindo para hacer media campaña. Dicen que “quien mucho abarca poco aprieta”, aunque tal vez la razón sea que no tiene en quien confiar y eso lo hace ver como un político vulnerable, egoísta y mezquino. Enrique Galindo puede ser la punta de lanza de la oposición en San Luis Potosí, pero tiene que aprender a hacer política de verdad, y no esa grilla universitaria en la que parece que se quedaron atrapados muchos de los que vivieron el cisma del 86, el lastrismo, el porrismo y la posterior degeneración de los ideales. La muerte de los idealistas y la ignominia.

 

@gandhiantipatro

 

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