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San Luis paranormal: El fantasma del Mercado de la Merced

Hay gente que desde muy temprano llega a trabajar al Mercado Tangamanga, también conocido como La Merced. Es gente que busca ganarse el pan comercializando toda clase de productos; desde verduras hasta carnes o artesanías, gente que llega al mercado mucho antes de que salga el sol y se va ya muy entrada la noche, gente que te atiende con suma amabilidad y que te puede llegar a estremecer por la infinidad de anécdotas que ha vivido en este lugar.

Hace poco murió doña Polita, una mujer que vendía bolsitas de verdura a precios muy accesibles y que, por su forma de ser, era imposible no entablar una amena conversación con ella. En una ocasión, platicando sobre lo caluroso del día, vimos cómo un comerciante cercano salía disparado de su local y pegando de gritos, estaba realmente aterrado. Fue ahí donde me contó la historia de Flor de María, la mujer que había encontrado la muerte en los mismos pasillos de ese tradicional mercado.

Doña Polita me contó que ella era muy niña cuando ocurrieron los hecho, incluso reconoció que ya no recordaba muchos detalles. Flor de María era una joven mujer, tendría 22 o 23 años cuando contrajo matrimonio con un soldado. Con mucha frecuencia visitaban el mercado acompañados el uno por el otro para comprar diversos productos o simplemente daban paseos en los alrededores.

El esposo de la joven salía constantemente de la ciudad por las mismas labores de la milicia por lo que Flor de María, quien vivía a un par de calles del mercado, se quedaba sola durante muchos días. La gente siempre creyó que era una mujer tranquila y que le era fiel a su esposo, sin embargo, la verdad era muy diferente a la creencia popular.

Polita me dijo que fue una mañana de mediados de junio cuando, después de varios años de casados, el marido llegó a la casa luego de una larga misión en el Ejército para toparse, lamentablemente, con una de las peores sorpresas de su vida; Flor de María le era infiel.

Cegado por los celos y el coraje, el militar tomó su arma y abrió fuego contra el amante de la mujer. Sobre su cama, en un charco de sangre quedó el infortunado hombre. Flor de María corrió a la calle esperando escapar de su esposo pero este la siguió. La mujer logró llegar a La Merced y queriendo confundirse con la gente entró al mercado. Corrió entre los pasillos esperando evadir a su esposo pero todo fue imposible. Apenas pisó la puerta el marido cuando apuntó contra su esposa y la hirió de muerte por la espalda, su cuerpo cayó de golpe contra el piso.

El militar la amaba, me dijo doña Polita, se acercó llorando hasta su cuerpo y la abrazó ante el asombro de la multitud. «Yo estaba ahí y vi todo» me repitió varias veces. Nadie se atrevió a decir nada, todos estaban atónitos e impresionados por los hechos. El cuerpo de Flor de María quedó en el pasillo del mercado, su esposo se alejó llorando. Esa misma tarde lo encontraron colgado del cuello en un árbol de su casa.

Doña Polita creía que el fantasma de Flor de María vagaba por el mercado porque mucha gente, la que llegaba antes de que sol saliera o la que se iba ya entrada la noche, decía que una mujer aparecía de la nada, gritando y pidiendo ayuda. Sus gritos eran desgarradores como si todavía estuviera siendo perseguida por la muerte. Todo el que tenía la mala suerte de topársela se quedaba inmóvil, ni siquiera tenía oportunidad de reaccionar.

Hace unos días visité La Merced, había mucha gente en torno a un hombre, su semblante era pálido y tenía la mirada perdida. Entre balbuceos decía haber sido sorprendido por una mujer que le pidió ayuda porque la iban a matar. Decía que esa mujer se desvaneció en el aire dejando tras de sí un grito desgarrador, como si hubiera recibido un disparo por la espalda… estoy seguro de que era Flor de María.

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