OPINIÓN

La soga al cuello: Senadora sí, ¿pero a qué costo?

Ratón, s. Animal cuyo camino está sembrado de señoras desmayadas. Así como en Roma los cristianos eran arrojados a los leones, siglos antes, en Otumwee —la más antigua y famosa ciudad del mundo— las mujeres herejes eran arrojadas a los ratones. EI historiador JakakZotp, nico otumwés cuyos escritos han llegado a nosotros, dice que esas mártires enfrentaban la muerte con mucha agitación y poca dignidad. Inclusive pretende (llevado por la malicia del fanatismo) disculpar a los ratones, declarando que las infortunadas mujeres perecían, algunas de fatiga, otras rompiéndose el cuello al caer, y algunas por falta de reconstituyentes. Pero si “la historia romana es nueve décimos de mentira”, no podemos aspirar a una proporción menor de esa figura retórica en los anales de un pueblo capaz de crueldad tan increíble con bellas mujeres; corazón duro habla por lengua mentirosa. Ambrose Bierce. Diccionario del Diablo.

 

Verónica Rodríguez quiso jugar de titiritero y se le enredaron los hilos. La dirigente panista solicitó licencia al cargo de dirigente estatal panista en San Luis Potosí, para buscar la nominación al senado de la república. Al parecer los morenos verdes y petistas no irán separados en las alcaldías y si acaso sólo en un distrito local, van a bailar sueltos, tal vez igual en la fórmula para el senado. Eso da más confianza para la coalición de los panpriístas, porque significa que la cuatroté podría dejar de regalo una senaduría pá que se la devore la coalición, puede ser que en un ejercicio de prospectiva los partidarios de Xóchitl estén en lo correcto al revisar fríamente los números. La verdad es que con un buen candidato y una campaña bien direccionada la coalición PAN-PRI-PRD podría vencer a Morena o al partido verde (o ambos) si cometen un exceso de confianza. Pero se necesita un perfil distinto al tradicional.

 

La empresaria Imelda Elizalde se registró en el proceso panista para seleccionar candidata al senado, algunos hicieron mutis, otras la barrieron de arriba abajo. Verónica Rodríguez Hernández, líder panista con licencia, Aranzazú Puente Bustindui, diputada local y la regidora María Eugenia Castro Anguiano buscan ser favorecidas por el voto mayoritario de la comisión permanente del consejo político estatal panista. Curiosa combinación, Verónica Rodríguez, la más reciente escisión del grupo azuarista y ahora convertida en la villana del cuento desde su participación en el resultado de la negociación que le dio al PRI el siglado de la capital para la contienda por la alcaldía. Desde hace algunos días el mote de “entreguista” no se lo ha podido quitar, y quizás perdurará más allá del actual proceso electoral. Xavier Azuara registró a dos destacadas integrantes de su clan, no se entiende por qué, quizás sólo para dividir sus seis votos.

 

Imelda Elizalde puede ser que sea una desconocida en el medio político, pero en el sector empresarial ha destacado por su labor y métodos de concertación, además, se integró en el comité promotor de Xóchitl Gálvez y en caso de ser candidata compartiría la nominación con Jaime Chalita Zarur, director de desarrollo económico del ayuntamiento capitalino y destacado líder empresarial, ha estado al frente de diversos organismos y cámaras de comercio, siempre vinculado al sector productivo y social. Quizás lo único que ha logrado Verónica Rodríguez en su enfrentamiento carnal con su antiguo jefe político es que los panistas comienzan a voltear en otras direcciones. Su falta de liderazgo, su estilo disipado y mordaz, su conducta licenciosa y falaz, quizás le haya ganado la simpatía del alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos pero la alejó de los actores políticos panistas. Verónica ha estado agazapada desde hace días y le llegó la hora, el próximo lunes 22 de enero será la elección para darle un voto de confianza en la comisión permanente, o quizás, para negarle la nominación.

 

En dicha sesión panista se conocerá también a quien darán el apoyo para la nominación en el V distrito federal que actualmente ocupa José Antonio Zapata Meraz, alias “el loco”, quien busca la reelección contra Santiago Zamanillo, único contrincante registrado y que pertenece a esa estirpe favorecida por la nomenclatura panista. Difícil para el “pepe toño” la elección, es el momento más complicado para ser “azuarista” en San Luis Potosí. Lo que en otros tiempos significó la diferencia entre la gloria o el infierno hoy es una monserga que no se sacude tan sencillo. ¿Pos donde deja uno los “quereres”?, por más que uno quiera, no se puede negar el cariño y más, si andaban del brazo y por la calle. Por eso dicen que hay tres cosas que no se pueden ocultar: el amor; el dinero; y lo pendejo.

 

Dice la ley de Murphy que: cuando las cosas no van bien, significa que irán mal, y cuando las cosas van mal, significa que empeorarán. Tal parece que a ese Murphy nada la parecía y siempre estaba viendo como joder la existencia del humano, y es que somos muy predecibles, sobre todo los humanos mexicanos. Es bien sabido que cuando alguien no ha tenido y de repente llega a tener, loco se quiere volver. Tan pronto les cae dinero y poder, no importa si es hombre o mujer pero hacen (hacemos) las mismas pendejadas, se compran un carro, se ponen borrachos en alguna cantina inmunda para que los mismos parroquianos que te vieron pidiendo una ronda fiada, ahora se enteren que traen hasta para tirar un cubetazo al excusado. Casi como Martín Pinzón en el “imperio de la fortuna” cuando vuelve arrastrando un ataúd para desenterrar a su madre y presentarla en un panteón porque la había dejado en un petate en la milpa como a un perro. Ya para entonces era todo un tahúr y aún con su manilla seca estaba a punto de robarle a su patrón la caponera.

 

Verónica Rodríguez tiene que salvar este escollo, se le olvidó que los políticos son personas enfermas, no descansan en su ambición ni aunque sea sábado o domingo por la noche. Pero también deben ser respetuosos y no dejar tratos a medias, conversaciones inconclusas o promesas incumplidas. Un político profesional tiene cómplices y amigos también, que sirven de pantalla o para los momentos francos, pero ningún político sobrevive sin cómplices, si hasta eso el gobernador Ricardo Gallardo no andaba tan errado cuando dijo que un amigo de verdad (quiso decir cómplice) llega con una pala para cubrir de tierra la evidencia. Nomás que alguien debe decirle que esas cosas se piensan, pero no se dicen.

 

La neta es que los panistas se llevan bien feo, mira que son capaces de dejarse en la indigencia por una vil regiduría o una diputación local. Claro que también les encanta meterse la zancadilla, el codazo y el piquete de costilla, pero luego cuando ya se quieren perdonar ya no se puede porque se sacaron hasta lo del abuelito pirata y la tía casquivana que atendió a la mitad del pueblo. Ahora sí que como decía mi abuela: ven la tempestad y no se hincan.

 

@gandhiantipatro

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